sábado, 21 de junio de 2014

ESPERANDO LA PRIMAVERA: ENSAYO SOBRE LA SOLTERIA / SILVIA MARTE


Prólogo / Pedro Camilo.

Cuando Silvia Marte me solicito que la orientara durante el proceso de escritura de un ensayo sobre la solería, nunca pensé que luego de aceptar su petición viviría una experiencia hermosa, por un doble motivo: primero, porque tuve la oportunidad de conocer a una mujer singular, educadora, líder cristiana y abogada de profesión; y segundo, y a que pude adentrarme en el conocimiento de un tema como la soltería, cuyas causas poseen repercusiones sociales y demográficas relevantes.

Nacida en Peravia y criada en San Cristóbal, Silvia es una dama de sonrisa afable que ha hecho de su estado civil, la soltería, un espacio del espíritu para cultivar la dignidad propia y defender el respeto que merecen sus amigas que también se encuentran en la misma situación, sin  caer en posiciones feministas extremas, actitudes rígidas que nublarían el horizonte de la igualdad de géneros.

De este ámbito del espíritu nación Esperando la primavera, el libro de Silvia Marte. Durante seis meses la autora trabajo el tema de la soltería; por momentos, la faena intelectual se inclinaba hacia la pura investigación científica, y hasta se llego a elaborar un diseño de campo para recoger información primaria a través de un cuestionario de autoaplicación; sin embargo, el final, prevaleció lo que Silvia traía guardado dentro del corazón: la ofrenda en palabras de un manojo de vivencias acerca de su vida soltera-varias reflexiones acerca del tema y cinco relatos de excelente factura-, una entrega que se apoyo en los datos secundarios obtenidos mediante la revisión bibliográfica y que le sirven de marco teórico. Así surgió el referido texto, estructurado por capítulos y intos, en los que la autora aborda temas y subtemas bajo títulos que no sólo se refieren a las causas, a los tipos y a las consecuencias de la soltería, sino que también destellan sentidos poéticos (por ejemplo, “EN pleno invierno”, 2Gozo de la espera” y “Las hojas del otoño, entre otros), estrategia que empieza con el titulo general del libro: Esperando la primavera.

Mientras leía los borradores del ensayo entonces se hallaba en ciernes, tuve la precepción de que el propósito de la atoras y la intención textual que ella estaba logrando, trenzaba los hilos de una metáfora que tomaba a la primavera como núcleo y que se irradiaba al verano, al otoño y al invierno, convertidos en subtemas, dentro de una táctica que la autora denomina, en uno de los puntos, “El otoño de la esperanza”, una manera ingeniosa de mantener viva la ilusión, aun cuando los augurios de fortuna resultaran fallidos. Y fue ahí donde vislumbre un puente tendido hacia el optimismo, como una apuesta por la vida relativamente venturosa.

Más aun: como el epígrafe general del libro es un verso de Sheeley que reza así: “Si llega el invierno, ¿puede la primavera estar lejos?, afiance mas la idea de que la autora había tomado la primavera a modo de símbolo. Siendo así, resulto fácil meditar que esperar la primavera para un soltero podría ser un gozo si lo hace desde la soledad creadora, o a partir se esa libertad que depara oportunidades para conseguir la autorrealización; pero también podría ser que esa persona se ubicara en el invierno de la soltería, para entonces experimentar el reverso de la soledad como sufrimiento, o para caer en el abismo del libertinaje como revés de la libertad.

Los capítulos 5y6 son fundamentales, porque cristalizan el tema de la soltería y le dan una dimensión no solo romántica- propia del mundo cristiano-, sino también filosófica, de manera que surgen meditaciones que podrían originar ecos de sabiduría en la vida de todos los que aprenden con buen ánimo este contenido. Así, en el capítulo 5, “no pierdas la esperanza”, Silvia pone en práctica su estrategia de hacer que la esperanza retoñe, mediante la inclusión de reflexiones breves y la inserción de un relato cuyo personaje-Sara-deja una estela ejemplar al igual que los demás que protagonizan las narraciones anteriores.
En el capítulo 6, “Las hojas del otoño”, se utiliza un epígrafe del Alber Camus para articular una reflexión que resulta valida tanto en la vida de soltera como en la existencia; que en cada hoja seca del otoño se podría descubrir una flor que brota para embellecer el bosque. Luego presentar un cuento que muestra a ara mientras vive una situación ideal, la autor finaliza con una lección de vida.

También, las conclusiones y las recomendaciones de este libro fueron elaboradas dentro de metáforas que les dan una fuerza expresiva relevante: “celebración de la primavera”, que ocupa e capítulo 7, es el título que nombra la síntesis del texto, mientras que “Siempre hay un mañana”, que abarca el capitulo 8, es el rotulo que designa las recomendaciones que Silvia les ofrece a sus lectores, sobre todo, a “esas solteras que todavía esperan sus compañeros”, como gusta decir la autora.

Tanto en uno como en otro, las escritora resume una sabiduría que le viene no solo de la revisión bibliográfica que sirve de marco teórico a Esperando la primavera, sino también de su experiencia como soltera preocupada por conservar la dignidad propia y el respeto que se merecen sus amigas que están en la misma situación; un saber, al fin, que interpreto de este modo: mientras la primavera llega, la meta a conquistar desde la soltería es la autosuperación, aprovechado la soledad creadora y la libertad entendida como la capacidad para elegir lo mejor. “Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final”, es la frase de Mulisch que parece inspirar a Silvia Marte en esta incesante labor de orientación.

Introducción

Siempre nos preguntábamos de qué manera podíamos ayudar a esas solteras que aún estaban esperando por sus compañeros. Ciertamente, fue en el año 2012 cuando se despertó la idea de plasmar en un libro nuestras vivencias de vidas de soltera, como un desafío que nos hicimos con el afán de ir cumpliendo metas tazadas.

Al interactuar con cada soltera nos dábamos cuenta de su soledad, además de percibir cuantos sueños rotos cargaba sobre sus espaldas, a pesar de continuar con un corazón lleno de esperanza. ¿Había una forma de ayudar? Luego de una reflexión, decidimos aportar nuestro granito de arena, no solo en el sondeo de las causas de la soltería, sino también en el análisis de las diferentes facetas de este tema.

De esta manera nació la idea de realizar una revisión bibliográfica del referido tópico, en la que pudiéramos apoyar nuestras reflexiones sobre la soltería-integradas en el marco teórico y articulado también en relatos que se distribuirán en los capítulos-, teniendo en cuenta las vivencias propias, las de nuestros familiares y las de nuestras amigas y conocidas. A partir del análisis de la información primaria y de los datos secundarios, podremos tenar unas conclusiones para luego crear una plataforma mínima de recomendaciones, dirigidas a las solteras que aspiran a formar una pareja feliz.

Para su mejor comprensión, Esperando la primavera tendrá un prologo, una introducción y ocho capítulos cuyo contenido detallamos de la siguiente manera: En el capítulo, “Soltería, ¿Qué es?”, revisaremos las generalidades del tema en cuestión; en el segundo, “El cristiano y la soltería”, abordaremos el tema basándonos en la biblia; en el tercero, “En pleno invierno”, mostraremos al lector las sombras que podrían oscurecer la vida de soltera; en el cuarto, “Gozo de la espera”, presentaremos las luces de la soltería; en el quinto, “No pierdas la esperanza”, iniciaremos la estrategia que hemos llamado “el retoño de la esperanza”, que no es otra cosa que una forma retórica de estimular la ilusión para mantenerla viva; en el sexto, “ Las hojas del otoño”, continuaremos la estrategia anterior, pero ahora apoyada en un lema de Albert Camus; en el séptimo, “Celebración de la primavera”, haremos una síntesis del libro; finalmente, en el octavo, “Siempre hay un mañana”, ofreceremos las recomendaciones de ligar, bajo una metáfora que crearemos a partir de una frase del escritor Harry Mulisch.


Bibliografía

Silvia Marte nació en la provincia Peravia. Desde temprana edad emigró€ junto con su familia a la ciudad de San Cristóbal, donde reside actualmente. Realizó en la UASD sus estudios superiores en Educación, Mención Ciencias Sociales, y durante varios años ejerció el magisterio en centros docentes públicos y privados.

Más tarde, en el año 1995, logro el título de Licenciada en derecho en UNIREHMOS para alcanzar luego, de parte de la Suprema Corte de Justicia, la designación como Notario Publico del municipio de San Cristóbal.

En junio de 2003, la entonces Secretaria de Estado de Educación le otorgó un diploma de reconocimiento por su meritoria labor a favor de la educación dominicana.


Dentro de las actividades académicas como líder cristiana, Silvia Marte realizó un curso de “Servicio Cristiano” en la Universidad Global en marzo del 2013, y en este mismo año, 2014, concluyó una Licenciatura en teología en la Universidad Bíblica Internacional.

CAPITULO 1. La soltería, ¿qué es?/ Fragmento.
El Concepto

En los tiempos modernos la soltería es una realidad latente, tanto para a los hombres como para las mujeres. De ahí su importancia como tema. En cuanto a su definición, “soltería” es “el estado soltero”, según el Diccionario esencial de la lengua española (20006); y más adelante, se puntualiza el concepto de “soltero” como un adjetivo que designa al “que no está casado”.

Por nuestra parte podemos decir que la soltería es el estado natural, transitorio o permanente, en el que se encuentra una persona sin una pareja conyugal, y que nunca ha estado casada; este conserva desde que una persona nace hasta que contrae matrimonio; también puede durar para toda la vida, o por un periodo muy corto o largo, dependiendo de cuando decide la persona unir su v ida  a otra, ya sea en la juventud, en la etapa adulta , o en la madurez. Una vez finalizado el matrimonio, por lo general no se recupera el estado civil de soltero, sino que se pasa al estado civil de “divorciado”, “separado” o “viudo”, en función de la forma de disolución del vinculo matrimonial.

La palabra “soltero” surge, etimológicamente, del latín solitarius (solitario), conforme al diccionario etimológico español (1998). En cambio, la palabra “celibato” empezó a usarse hacia el año 1625, como forma culta en lugar de soltería. Su base etimológica es caelebs, voz latina que significa “soltero”  (ibídem). Más aún: el Diccionario hispanoamericano de derecho (2008), define el término “celibato” o “soltería” como “la condición obligatoria que caracteriza a los sacerdotes de la Iglesia católica, ya que al ordenarse hacen un voto solemne de castidad”. A continuación, puntualiza el vocablo “célibe” como “dicho de un individuo que no ha adquirido el estado de matrimonio”.
¿Por qué son solteros?

Robles Aguilar (2012) informa acerca de un estudio publicado recientemente por el semanario británico The Economist, el que resalta la tendencia de la soltería a cubrir el mundo con excepción de África, como un modo de vida que muchos seres humanos han adoptado con la finalidad de vivir solos, sin  la ligazón del matrimonio, con sus secuelas que actúan sobre ámbitos tales como el demográfico, el económico y el medioambiental.

El referido autor añade que no sólo sociólogos sino también profesionales de diferentes ámbitos de la ciencia han tratado de buscar las causas de soltería como una actitud que hace que la personas prefieran la soledad a una vida en familia, lo que va en contra de la naturaleza gregaria del ser humano.

Dentro de los múltiples factores causales, Robles Aguilar menciona la permanente crisis económica que afecta a varios países y que provoca, en particular, el desempleo juvenil y la inestabilidad de la mayoría de puestos de trabajo que se crean; y sobre todo el analista se refiere al individualismo como factor causal y como “ un rasgo que tiende a imponerse a lo largo y ancho del planeta, particularmente en las sociedades mas desarrolladas y que hace que en todo contexto social prevalezcan los intereses personales por encima de los colectivos”.

De igual manera, cita el matrimonio como un especial desafío debido a que la convivencia conlleva de conflicto y su éxito depende de una serie de requisitos por parte de sus integrantes, tales como la madurez, la flexibilidad, la comunicación, la tolerancia y la visión compartida de objetivos, entre otros. Aunque Robles Aguilar no engloba estas exigencias dentro de un elemento único, nosotras las consideramos como factores que forman parte de la plataforma cultural de un individuo y cuya eficiencia podría ser causa de divorcio o de separación.
Como dato de importancia, el articulista, apegado al estudio aparecido en The Economist, dice que el fenómeno de la creciente soltería se da predominantemente es estratos sociales medios y altos, con ingresos económicos y educación académica por encima de la media. El analista afirma que esta tendencia se inicio en la década de los 80 del siglo XX, e incluye cambios en diversos comportamientos, en especial el retraso del matrimonio, la postergación del primer hijo y el aumento de las uniones libres, así como los hijos fuera del matrimonio.

 ¿Quiénes son los solteros?

No hay un tipo único de soltería, cada tipo se va a determinar por la forma particular del solero conducirse. En estas variaciones inciden diversos factores tanto de orden personal como cultural y social. Dentro de la gran variedad de soltería es necesario  construir una clasificación para lograr un mayor entendimiento del fenómeno. Según la información contenida en un artículo publicado en la página web denominada “Saluspot” (2012), la saltearía puede dividirse en dos grupos: voluntaria e involuntaria.
La primera alude al soltero por elección o convicción que es quien ve la soltería como una opción de vida, elige esta condición y desde esta postura la personas defienden la soltería como un estado legitimo para asumir la existencia. Estos solteros se enorgullecen de poner sus propias necesidades en primer término, bastarse a sí mismos, tomar decisiones i dependientes, además de disfrutar su privacidad.

Las personas solteras obligadas son aquellas que se encuentran en ese estado: por un lado, el deseo que experimenta el soltero de tener pareja, y por el otro, el hecho de no poder hacerlo. Obviamente estamos hablando de soltería involuntaria.

El diario digital ecuatoriano EL Coemrcio.com, brindo a sus lectores una clasificación de soltería, englobada bajo el título de “soltería: síndrome del siglo XXI”(2009), y fundamentada en el libro singled out (sobre como la soltería es estereotipada, estigmatizada e ignorada pero quienes las practican viven felices para siempre), de la psicología estadounidense Bella De Paulo se refiere a “Los solteros convencidos”, que “son aquellos que están satisfechos de su estado canalizan sus energías hacia sus actividades profesionales, religiosa so humanitarias”.

Con respecto a “Los perfeccionistas”, la psicología los cataloga como “solteros exigentes que no encuentran a nadie con las características para llevar en pareja una vida que les satisfaga y les permita desarrollarse de manera individual”, mientras que los “solteros aventureros””son aquellos que se sienten atraídos por los viajes exóticos y los deportes alternativos. Se emparejan siempre y cuan do encuentren personas que estén dispuestas a compartir tales aventuras”.

SOBRESATURADO / MACKERSON JEAN-BAPTISTE




Poeta y hombre sobresaturado
Ramón Aníbal Mesa

Este es un libro escrito en español, claro que es obvio, pero resulta que es un libro de un extranjero, en este caso un extranjero haitiano que escribe en español. De manera que el idioma no ha representado un mayor problema para Marckenson al expresar sus sentimientos, sentimientos desde la realidad que lo rodea, en esta diáspora involuntaria, sus sentimientos de la patria que abandonó, solo temporalmente.

Podríamos decir que en este poemario se mezclan dos culturas o dos realidades a través de una misma experiencia vivencial: la del poeta que presenció el último fenómeno que afectó trágicamente a su tierra y a su gente; y la de la víctima, porque aún el que sobrevivió al terremoto del 12 de enero del 2010 en Haití, es una víctima.

Los talleres de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, FLAM, fueron espacios donde Marckenson desarrolló su poética en español, desde la realidad que le circunda, incluyendo la urbe y el barrio; pero también desde la memoria que lo mantiene en permanente contacto con su cultura.

A nuestros espacios ingresó en el 2008, iniciando entonces la participación en la gestión y la animación cultural en la provincia San Cristóbal, donde ha participado en lecturas, en conferencias, y sobre todo en talleres que le han permitido enriquecer una particular visión de la lectura, de la escritura y de la cultura dominicana.

Ha participado en la conducción de programas radiales, bienales de cuentos, paneles, conferencias, certámenes literarios, así como de publicaciones. Y si bien es cierto que su poética está en proceso de madurez, no menos cierto es que la alcanzará, porque tiene la sensibilidad y el arrojo necesarios para lograrlo.

Actualmente Jean-Baptiste es estudiante de ingeniería del Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola, y también autor del proyecto “-H2O (Menos agua)” finalista del Premio ODEBRECHT, para el desarrollo sostenible, R.D., 2011.

En definitiva, el libro nos muestra al poeta como el hombre sobresaturado, inmerso en una avalancha de informaciones, culturas y pasiones; demandas laborales, demandas sociales, demandas de aceptación y rechazo del otro y su cultura.

Así que felicitamos al poeta Marckenson Jean-Baptiste, por su primera propuesta poética formal en español.


Jean- Batiste y Jacques Viau, dos poetas y una isla
Por: Joel Rivera.

Bienvenido a mi patria Jean- Baptiste
poeta de dos alas: la tuya y la mía.

Hay una isla con olor a sol y a esclavitud, con dos lenguas distintas pero una misma historia y un mismo calvario. De aquel lado está  Toussaint, Dessalines y Boyer; de este lado Duarte,  Sánchez y Mella.     De aquel lado Duvalier, Namphy y Manigat; de este lado Santana, Lilís y Trujillo.  De aquel lado Jacques Roumain y Jean-Fernand Brierre; de este lado Pedro Mir  y  Manuel del Cabral. De aquel lado Jean Price-Mar; de esta lado Juan Bosch. Pero de ambos lados, sin líneas divisoras ni fronteras, está Jacques Viau  con  sus versos y su fusil. 

Jacques Viau Renaud  fue un poeta haitiano quien en la guerra de abril de 1965 se unió a las fuerzas rebeldes, formando parte del comando B-3, para enfrentar las botas invasoras que derrocaron el gobierno  constitucional del profesor Juan Bosch.  Pero el 15 de junio del mismo año, en medio del fuego cruzado, un mortero lanzado por las tropas de ocupación le segó la vida, con apenas 23 años cumplidos. Jacques Viau  no murió por Haití, su patria materna,  ni cayó abatido defendiendo la parte española de la isla, su patria adoptiva; Jacques Viau  murió por la libertad del hombre, libertad que en ese momento histórico la encarnaba la rebelión del  pueblo dominicano: la libertad de una isla con olor a sol y esclavitud.     El poeta no se inmola pensando en los laureles que trae  la posteridad ante un sacrificio como este ni para que se develizara una estatua con su nombre, porque sabía de antemano que la sangre derramada en las revoluciones es asfalto de ingratitud y olvido: por eso en estos versos se pregunta:

“(…)¿Qué es el hombre combatido?
Nadie lo recuerda.
Lo visten los trapos.
Lo arrojaron en la parte trasera de la casa
y allí
con los residuos
un guiñapo se amontona.
Las llamas se extinguen.
Se arrinconan los hombres en una sola sombra,
en un solo silencio,
en un solo vocablo,
en un llanto solo
y cuando todo sea uno,
uno el llanto y el vocablo uno
no habrá paz sobre la tierra.
¿No habrá paz?
Y aquellos que dictaminaron el destino del hombre,
los que jamás contaron con los sumisos,
amasarán con sangre su propia podredumbre.
¡No habrá paz!
¡Llanto para quebrar el llanto,
muerte para matar la muerte!”

¿Por qué entonces enemistar a dos pueblos hermanos, siameses de la  misma esclavitud, miseria y explotación? Como hijo de Duarte defiendo  la sentencia 168-13, manzana de la discordia, creo que todo país soberano tiene el derecho de establecer las políticas migratorias que juzgue pertinentes. Sin embargo, el conflicto dominico-haitiano de estos últimos días va más allá de una simple sentencia, que como abogado que soy, además de palabreador, puedo decirles, que esta pieza jurídica mañana puede ser derogada por una ley, otra sentencia o desplazada por una jurisprudencia; porque las leyes establecidas en una sociedad determinada son coyunturales, no son eternas. El problema con el hermano Haití es, que después de ser la colonia más prospera de Francia, y donde se aplicó la más sangrienta esclavitud de las establecidas en el Caribe, hoy día este pueblo explotado y empobrecido por las grandes metrópolis se ha  convertido en la vergüenza de sus tres máximos explotadores: Francia, Estados Unidos y Canadá, a tal punto que  tras conversaciones soterradas lo han  declararlo como país no viable. ¿Qué quiere entonces la comunidad internacional  y un sector oscuro de la clase política haitiana? Que un pueblo como el nuestro, con las mismas desigualdades sociales, con los mismos barracones, las mismas cañadas, las mismas casas de hojalata y techos de cartón, los mismos niños callejeros, las mismas niñas prostitutas, la misma falta de oportunidad y ascenso social, la misma discriminación, el mismo desempleo, los mismos políticos corruptos y los mismos empresarios explotadores, carguemos en nuestros famélicos hombros a diez millones de  hermanos haitianos que son muertos civiles en su propio territorio, sin documentos de identificación, sin esperanza, sin futuro. ¿Por qué Haití se ha convertido en una vergüenza para aquellos países que nos acusan de racistas y xenófobos? La repuesta a todas estas interrogantes la responde el poeta Jean- Baptiste en estos versos:

“Después de ordeñarla
durante más de dos siglos
-imposible de huir la leche-
la vaca no tiene más leche”

Al igual que su compañero caído, defendiendo nuestra bandera tricolor, Marckenson Jean- Baptiste ha hecho de esta patria su pedazo de suelo. ¿Qué fuerza mueve a este joven poeta a abandonar la lengua de Rimbaud, de Mallarmé, de Sartre, de Víctor Hugo y Simone de Beauvoir para escribir en el idioma de Cervantes? La misma fuerza que atrajo a esta parte de la isla a su compatriota Jacque Viau: la búsqueda de una tribuna y una lengua distinta para decirle al mundo que:

“Al otro lado del sol
La oscuridad consigue su libertad
Oscureciendo el llanto
Sofocando la voz
Carbonizando los sueños

(…) Al otro lado del sol
 Sobreviven dos gemelas:
Nada y Nadie”.

Nada y  Nadie, eso es Haití y R.D. para la comunidad internacional, no importa el orden  de quien es Nada o quien es Nadie, porque “Ante el fuego somos negros todos”, dice el poeta. Eso somos, decía nuestro Francisco Domínguez Charro: “un pedazo de jungla flotante” “Une god, one aim, one destiny (Un dios, un objetivo, un destino), decía  Marcus Garvey, “Nuestro color es nuestra patria/, digo yo, “préstame tu piel, poeta hermano, para cuajar mi sangre/déjame beber en tu pasado para encontrar mi nombre”

Marckenson Jean-Baptiste, al igual que Jacques Viau es un poeta social, “SOBRESATURADO”  de impotencia y rebeldía vuelca en estos versos su desesperanza:

“Malditas lágrimas del cielo
que odia la sed de mi suelo deshidratado
donde las semillas  al fondo
mueren en silencio
en las tripas de las hormigas
Una verdad roja que brilla a mi espada.

Malditas lágrimas del cielo
que siguen fluyendo sobre la cara del río
que nunca está triste: siempre  está  llorando.
No llores por las casas sin techos.
         No llores por mis hermanos
         que duermen  con los ojos abiertos
sobre el lecho de la leche en polvo”.

A pesar de su juventud, y la audacia de escribir en un idioma en el que no domina por completo la sintaxis y su léxico es visiblemente reducido, no tengo la menor duda de que cuando saque del discurso poético la rabia enquistada en su juventud rebelde y se “aplatane” en nuestro idioma, será un gran poeta; pues domina las tres herramientas principales de este difícil arte de hacer versos: la sensibilidad, la intuición y la palabra. Una muestra de lo que le tiene reservado el parnaso literario a este joven rapsoda, es la calidad de estos versos:
“Mañana estaré de viaje;
no sé cuándo regresaré
si te pierdes te encontraré
en la puntuación del verso”.

 Sé, también, que su discurso poético hubiera sido más rico si hubiese escrito este poemario en su lengua materna, pero escogió la nuestra, con la que decimos Dios, Patria  y Libertad. Entonces, bienvenido a nuestra isla Jean- Baptiste, poeta del  mundo, porque yo pregunto con la voz ahogada:

¿Quién dijo que existe una frontera?
si tu historia y mi historia se escribieron con el mismo abecedario
si tu sangre y mi sangre son gotas coaguladas sobre el mismo calvario
si tus tobillos y mis tobillos arrastraron las mismas cadenas.

¿Quién dijo que existe una  frontera?
si tus mujeres y las mías parieron en las mismas cloacas
si tus hijos y los míos  están unidos por el mismo cordón de la miseria
si somos cimarrones de la misma guerra.

¿Quién dijo que existe  una frontera?
si tus  hombros y mis hombros cargaron los mismos martirios
si tu espalda y mi espalda están talladas  con las mismas torturas
si tú eres un Bozal sin esperanza  y yo un  Ladino sin bandera.

¿Quién dijo que existe una frontera?
si el Masacre lo pasamos con los mismos pies descalzos
si sangraron nuestras llagas por las mismas heridas
si resistimos las mordidas de las mismas sanguijuelas.

¿Quién dijo que existe una frontera?
si  el sable  que atravesó tu pecho atravesó mi  alma
si la máscara que  estranguló tu habla se tragó la mía
si tu amo era mi amo, si hicimos la misma travesía.

¿Quién dijo que existe una frontera?
si llegamos  apilados en  Le Ródeur,
si  cantamos juntos   “Tungan ma lambe lon”  (En otros sitios no se conoce tu nombre)
si llevamos en el vientre la misma braza de candela.

¿Quién dijo que Aranjuez nos separó
que Basilea cambió el color de nuestras pieles
que el  plomo de mi sangre no es tu sangre
que tu bemba ceniza  no es mi bemba.

¿Quién dijo que existe una frontera?
si  Ogou es mi Petró y  Marimet mi Anaisa Pié
si mis luases imploran  a tus luases
si mis muertos viven al lado de tus muertos.

¿Quién dijo que existe una frontera?
si tus huesos son mis huesos
si somos gemelos con la misma suerte
si somos siameses con la misma muerte.


Marckenson JEAN-BAPTISE: Poeta-escritor, traductor  e ingeniero industrial. Es autor del proyecto “-H2O (Menos agua)” finalista del Premio ODEBRECHT, para el desarrollo sostenible, R.D. 2011; es miembro de la Fundación Literaria Aníbal Montaño Inc.; y voluntario en TECHO R.D. Fue Asistente de Exportaciones en una empresa exportadora de la Zona. Algunos artículos suyos han sido publicados en medios tradicionales y medios digitales:
·         Aquel día. Periódico el folio del sur, año V, No. 87, San Cristóbal, R.D. 2010. 
·         Jacques Viau, en la primera línea de fuego en la Guerra de abril 1965. Ensayo, Revista Camino Real # 17, Fundación Juan Bosch, Santo Domingo, R.D. 2010.
·         Bâtir Haïti sur le roc. Periódico Le Nouvelliste Puerto Príncipe, Haití, 9 Marzo 2012,http://www.lenouvelliste.com/article4.php?newsid=102885

 Obra publicada:
·         Orgasme de ma Voix. Libro de poesía, Editora Mediabyte R.D. 2013


Blog: http://kikibela.blogspot.com/Email: marckensonj@gmail.comTwitter:@BMarckensonj


Sobresaturado
A David Alexander Sena

Capturado en mi campo de caña
esclavo de mi botella de miel
buscando el sabor amargo de tus labios,
de tu pecho, de tu piel
Como mi única camisa blanca
que me pongo al revés
para limpiar la suciedad
así te coloco
para esconder tu dulzura
¡Fracaso
de mayor grado!
En tu sangre, en tus huesos y en tu médula…
¡Me he vuelto loco!
Tienen hambre de ti, Hormigas celosas me caminan,
pero no tienen alas
esperan tu caída imposible
para endulzar la tierra insípida
Vivimos sobre una rama del cielo.
¡Qué me importa tu adiós!
¡Estoy ya sobresaturado
caminando borracho
sobre las nubes del amor!



Movimientos de mis palabras

Sepultadas.
¡No las sientes!
Aunque están sobre el mismo fuego,
hirviendo en la misma caldera
son agua los versos que vivo
y aceite los que escribo.
Al fin y al cabo,
vapor los dos.

Vapor mi vida
vapor mis intentos
de amarte aunque
siguen moviendo
las palabras sepultadas.
¡No las sientes!
en la noche
en el día

Se me escapó la paciencia
detrás de la caída del amor techado.
Encima de la magnitud de mis palabras telúricas
para vivir mis últimos versos:
¡Beso!, ¡abrazo!, ¡fuego!
y morir mi primer verso: ¡quemarnos¡
Al fin y al cabo somos humo los dos
¡No los sientes!

Humo mi vida,
humo mis intentos de amarte.
No más paciencia al escribir un verso
que tiene el apetito de tus labios.
Hay que vivirlo.
No más inspiración para un verso
igual a tus manos frescas
que hacen crecer
las plumas del cuerpo.


Al otro lado del sol

Al otro lado del sol
la oscuridad consigue su libertad
oscureciendo el llanto
sofocando la voz
carbonizando los sueños.

¡Estoy llamando auxilio!
Sólo me llega la palabra
despacio con espacio:
a
u
x
i   
l
i   
o         
Después de quitarme el oxígeno,
algunos te ofrecen un brazo o los dos,
otros una pierna o las dos,
los demás te regalan un ojo o los dos,          
ya te vas con tu maleta repleta de
madres de padres de hijos de sueños

Al otro lado del sol
sobreviven dos gemelas:
Nada y Nadie.
La ceniza envenena a los gusanos
que quieren ser mariposas.
La harina de la primavera
amasada con el néctar ...
produce este pan amargo
matador de hambre al otro lado del sol

La abeja no halla néctar
con sangre produce la miel
Al otro lado del sol
sólo quedan los huesos y el polvo

El hombre anda detrás de su sombra
o delante de su sombra;
tiene miedo de su sombra
lucha contra su sombra
se acostumbra a su sombra
ama a sus sombra

El tiempo rompe el reloj
El medio día clona la noche
los bomberos traen
gasolina y fósforos en la mano derecha
extintor en la mano izquierda

El cazador dispara en los arboles
cae el polvo de las balas
las hojas,
luego las ramas

La soledad de la calle asfaltada
de pingüinos
pintada de silencio
pregunta por los descalzos
El más astuto camina sobre el aire;
el más tonto entrecruza los brazos,
y el más valiente transita despacio,
corre sabiendo que hay otro lado
del otro lado de sol y
las plantas de los pies maduran
una sola vez por camino

Cielo abierto que no cierra jamás
la llave con sangre de las piernas
que pierden la virginidad cuantas veces
en un abrir y cerrar.

El demonio es menos sangriento
que su cola .
Ya se fue,
nos queda su cola larga y robusta
que destruye las casas y construye tumbas
Ahora es la “tumbalizacion” del otro lado del sol

La lluvia ácida destruye las semillas
que legan mis abuelos
En aquel tiempo la plantación creció con el sudor de los jóvenes
y floreció con orinas de los niños
Ahora nadie sabe a este agricultor
que siembra con fertilizante
marihuana y bala  en la finca
Lo que se siembra es lo que  se come

No es necesario ser profeta
si no se puede derrocar el futuro
No es necesario  ser profeta
si no es socorrista
al otro lado del sol
no se profetiza 

Al otro lado del sol
solo el poeta que no sufre desnutrición
 la poesía matador de hambre
el único perecedero que   nunca está  podrido

DOÑA LUCRECIA FERNANDEZ DOMINGUEZ UNA MADRE ABNEGADA


RECONOCIMIENTO DE SUS HIJOS

En una comunidad del  norte de nuestra Isla, específicamente en Caballero, Sección de Cotui, nació en el 1940 una niña de nombre Lucrecia. Hija de padres campesinos, pero con una madre con un gran deseo de superación que hizo sacar a su familia del campo a la ciudad.

Con apenas ocho años es llevada a una familia Dominico- China, los Sang Ben, familia laboriosa de Santiago y con una gran cantidad de hijos, entre ellos Mukieng y Miguel Sang Beng. Recuerdo las palabras de Mukien diciendo “Era la preferida de Lucrecia”, Esta mujer con tan corta edad y con un tercer curso de primaria llega a esta ciudad para ayudar a criar unos ocho o diez hijos de la pareja Don Miguel Sang y Doña Ana Ben. Ambos propietarios de la tienda La Pagoda y un Restaurant.

Esta niña adquirió disciplina y el amor por la cocina, aprendiendo a hacer las labores de la casa y el cuido con mucha dedicación de estos niños. Sin embargo sus padres por ignorancia tal vez,  no le solicitaron que la dejara seguir la escuela.

Le gustaba tejer y conversar con vecinas de la Máximo Gómez, cerca de la casa materna del ex presidente Joaquín Balaguer. Y en las temporadas altas ayudaba en el inventario de la tienda.

Transcurrió el tiempo y siendo una joven con 18 años y ya portando su primera cedula, un tío materno el profesor Edmundo Domínguez, llega a visitarla y ve el ajetreo que lleva y le sugiere que vaya a la Capital a vivir con sus dos hermanas y su madre, ya que entendía que debía crecer un poco más.

Es así como a finales de la década de los 50, llega a la Evangelista Jiménez, donde viven sus parientes y una vecindad de personas de Ocoa radicadas en la ciudad. Ahí las hermanas Gabina y Evangelina quedan prendadas de su forma solidaria y creen que su hermano Rafael Menando Alcántara seria el esposo ideal para esta “muchacha” sin malicia y siempre bien presentada y muy hacendosa.

Es así que siendo un Marino este joven se lleva a Lucrecia a la casa materna, para luego echar adelante y comprar su propia casita.

De esta unión nacieron  seis hijos Sandra, Orlando, Juan Manuel, William, Belkis y Jeannery.

Esta mujer siendo una madre abnegada y con una sonrisa a flor de labios recibe en su casa de otros pueblos a más de una decena de parientes, que conocieron la ciudad por su hospitalidad.