martes, 7 de septiembre de 2010

HE MUERTO


Hector Tejeda

Abrazo mi corazón en las madrugadas de frío.
Protejo mi alma con una coraza que inspira terror.
Los ángeles lloran de impotencia.
No existen cánticos celestiales.
El infierno está más frío que el invierno.
Los mares se rebozan de aguas dulces.
Las montañas son llanas.
Los paisajes pierden su verdor.
El agua no quita la sed.
No hay tiempo para nada.
El año olvidó su estación.
La tierra no gira.
No siento mis piernas.
Algo blanco cubre mis ojos.
Mi cuerpo está frío.
No respiro.
¡Oh! Mi corazón se detuvo.
Creo que estoy muerto.

ARTE-UNICO Marcial Báez:TARJETAS PINTADAS A MANO















Noticias CODOPSI Regional Sur / Charla La Familia en la Iglesia Santa Mónica Canasta IV







POEMA SIN E


Virgilio López Azuán

Olvidados por las horas y los días,
van los ancianos camino abajo, buscando rosas y lirios,
llorando auroras, soltando humos, mañanas y cirios.
Olvidados por años y lo siglos, van los ancianos,
con sus rostros afligidos, ya no son cantos sino llantos,
ya no son pan, solo limo.
Los ancianos olvidados cantan y cantan,
y cada palabra y cada sonido tocan guitarras,
sutil pasión, como arrullos y grillos.
Los ancianos son blandos, dolor y cama,
silla y braza, cigarro y tabaco.
Si los buscan, los ancianos dormitan,
con historias vagas, con risas y fantasmas.
Toda la gloria va por sus ojos, su brillo gris, su luz y sus sonrojos.
Todos los abismos abisman, hundidos agrandan simas sin fondos.
Los ancianos cavilan sus olvidos y vomitan abandonos,
nadan sus lágrimas con ríos anaranjados.
Tornados color mostaza arrasan los vacíos y sus días,
sus campos santos y su vocación para contar historias
y asustar fantasmas.
Olvidados los ancianos convocan los pájaros dorados,
llaman lluvias y algazaras, cantos y gallos, picos y picadas.
Olvidados cargan canas, blancas canas, sábanas y camas.
Los ancianos cargan sábanas y camas, piso frío y alpargatas.
Los ancianos llaman, palabras con flamas,
con ardor a pico, con pasión y ganas.
Si cantan por las mañanas, mariposas tocan rosas,
los arroyos hablan para las montañas.
Si los buscan, canto a canto cantan y si los saxos nocturnos
tocan otoños blancos, podrán silbar sonatas cada mañana.
Olvidados los ancianos cantan olvidos y camas,
sábanas y almohadas. Los ancianos no olvidan nada, lo cantan.
Toda la gloria va por sus arrullos, caminando Saharas y norias,
trópicos y capullos, y con toda su magia, los ancianos las calman.
Solo la lluvia moja sus instintos y avanzan los cocuyos iluminados
con su carga hormonal y cósmica.
Los ancianos son arrugas y orugas, manos y lunas,
cristal y gruta, cicatriz y arado.
Los ancianos miran con sus ojos oscuros,
pupilas soñadas con tantos olvidos.

CORO ACCION CATOLICA / Fiestas Patronales Parroquia Nuestra Señora de la Consolación