sábado, 9 de mayo de 2009

Las Monjas del Colegio San Rafael


Por Rafael Salazar

El colegio San Rafael, dirigido por las Hermanas Mercedarias de la Caridad, es un patrimonio de San Cristóbal y una hermosa joya que todos debemos cuidar.

La directora del Colegio San Rafael, Sor María Isabel Maíz y la administradora Sor Nieves Salas, dirigen un ejercito de servidoras que, por la labor que rinden, parecería que son miles de monjitas, cuando apenas son seis.

Cuánto rinden, cuantos frutos para San Cristóbal y el país .

En estos momentos el colegio San Rafael cuenta con 2,230 estudiantes y ha graduado miles de bachilleres en su histórica y fructífera gestión.

Escuché con el amargo sabor que nos dejan las noticias desagradables, la información de que las monjas que dirigen y administran este importante centro docente, se marchan. Que noticia más pesada en un momento donde la juventud necesita que se multiplique por muchos los centros dirigidos por las hermanas mercedarias.

Las religiosas están resignadas a que sea la voluntad de Dios. Explican que es falta de personal (muchas necesidades de proyectos y pocas monjas) y para buscar su vocación en lo referente a otras áreas de sacrificios. En los apuntes del profesor Eugenio Galán recogimos que el colegio San Rafael es una de las tantas obras construidas por el dictador de San Cristóbal Rafael Leonidas Trujillo. Fue inaugurada el 15 de agosto de 1944 e inició docencia en el mes de septiembre del mismo año. Encargan la dirección a las Hermanas Mercedarias de la Caridad con el fin de brindar educación de óptima calidad afín con la fe cristiana y en 1980, por gestiones del profesor Rafael (Fellito) Reynoso, se firma un contrato con la Secretaría de Educación Bellas Artes y Cultos, donde adquiere la oficialidad. Luchemos por lo mejor para San Cristóbal, luchemos por que se mantenga este importante servicio y sacrificio de las monjitas en la educación y formación de los jóvenes en nuestro pueblo.

Muchas instituciones y personalidades de San Cristóbal están gestionando ante la provincial de la orden, Sor María Luisa Ugarte, reconsiderar la decisión de marcharse La sociedad de padres y amigos, los profesores del colegio, grupos de catequistas, asociación de ex-alumnas y otras instituciones, la prensa, los estudiantes, el pueblo en sentido general, claman para que las monjas permanezcan en la dirección del centro estudiantil. Muchas oraciones, muchos deseos de que esta institución mantenga la filosofía y dirección desarrollada por las hermanas mercedarias, dirigida por Sor María Josefina Larraga.

Estamos seguros que Dios está escuchando todas estas oraciones. Pedimos ampliar la cadena de oración por el mantenimiento de las hermanas en el colegio.

Si por sus frutos los conoceréis, las hermanas mercedarias han llenado a San Cristóbal y al país de hermosos y buenos frutos. Dios, -dicen las hermanas con humildad- tiene la última palabra. Unámonos en oración por el bien de nuestro pueblo y del país.

Al MOMENTO NET. Sábado 9 de mayo 2009. Enviado por Orlando Alcántara.

Blanca Kais Barinas "Soy como la turmalina".


Por Adrian Morales
Foto: Franz B. Comarazamy

Blanca Kais Barinas escribe de las cosas que siente, sufre y disfruta. Escribe más cuando la atormenta una pena y en los momentos de soledad. “Ahí es cuando una se desborda y escribe con el alma”, me confiesa. Para esta mujer de 73 años publicar un libro es como dar a luz, regocijarse con la satisfacción de poder llevar a los demás lo que la embargó en el momento de la creación. Le alegra saber que el lector adaptará el libro a sus circunstancias y que con plena libertad lo verá a su manera. Se siente realizada cuando alguien le dice: “yo hubiera querido escribir eso mismo” o “eso es exactamente lo que yo quería expresar”.

Las letras siempre han sido la pasión de Blanca. Se gradúo en el Instituto Dominicano de Periodismo y entre los diversos cursos que realizó se cuentan el de economía política, en la Henry George School of Social Sciences, y el de Auxiliar de Bibliotecología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Ha publicado dos libros de poemas, Las manos del tiempo (1998) y El giro azul (2006), y uno de cuentos, El compromiso (2006). Dos de sus relatos le valieron menciones de honor: en el concurso Casa de Teatro (2000) por “El compromiso”, y en el concurso Virgilio Díaz Grullón del Banco Central (2002), por “La visa de la abuela”.

Nuestro encuentro no fue planificado. Reconozco que tampoco fue fortuito. Si hubo un plan –nada maquiavélico–, fui yo quien lo ideó; si hubo un cómplice, su aspecto era azul y se llamaba “Programa”, que me llevó hasta el Pabellón de Autores Dominicanos de la recién concluida Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2009. Allí Blanquita –como el cariño me ha permitido decirle desde que nos conocimos– leería los versos de El giro azul. El ambiente era el más propicio, entrevistaría a la escritora y amiga después de que nos deleitara con su intervención. Ella no lo sabía, la tomaría por asalto.

Su sorpresa fue mayúscula, no se imaginaba que yo estuviera entre el público que la aplaudió al final de cada poema y mucho menos que la raptara hasta la sombra de unos árboles cercanos para tener por adelantado el intercambio que debía suceder dentro de un mes en su casa de San Cristóbal. Fue más bien una conversación entre dos amigos, en medio de la admiración y el respeto mutuos y el buen humor que nos caracteriza a ambos. De esa tarde maravillosa brotaron estas preguntas y respuestas que Revista Cayena recibe hoy con beneplácito.

ARM: ¿A qué edad comenzaste a escribir?

BK: Lo primero que escribí fue una cancioncilla a los nueve años. Se la dediqué a un caminito que había detrás del patio de mi casa. Decía algo así: “Caminito de mi hogar que de flores está lleno…” Mis primeros escritos se publicaron en el periódico “Surge”, del colegio San Rafael, en San Cristóbal.

ARM: ¿Quién te inculcó la pasión por las letras desde tan pequeña?

BK: Tiene algo de genética, creo. En mi familia hay muchos artistas en varias manifestaciones. Mi padrino, que era médico, y mi papá me regalaban libros. Empecé a leer a los cuatro años y recuerdo que a esa edad ya tenía un interés muy grande por la lectura. En el colegio San Rafael había una monja, Sor Margarita (tía de Jorge Taveras), que me alentó en ese aspecto.

ARM: ¿Qué autores recuerdas te llegaron en la adolescencia?

BK: Me atraía Gustavo Adolfo Bécquer. No sé si por influencia de un novio que tuve en esos años de adolescente. Siempre sentí admiración por la obra de Pablo Neruda. No tengo autores especiales. Me sucede como con los cantantes, no tengo un favorito, me gustan canciones específicas. De los escritores no necesariamente me gusta el conjunto de su obra. De los autores del patio prefiero a Franklin Mieses Burgos y Jeannette Miller. En el Instituto de Poesía de San Cristóbal fui alumna de Domingo Moreno Jiménez. Lo respeto y admiro, pues creó un movimiento de escuela, pero nunca he podido escribir como él. Esa línea sentimentalista no se me da.

ARM: ¿Entonces estás feliz con tu línea?

BK: Sí, creo que no debemos forzarnos, ni tratar de ser de tal manera. Hay que ser espontáneos. Con que me complazca mi estilo y a la gente le guste, es suficiente. No se trata de escribir para concursos. Y mira que he navegado con suerte, aunque nunca estuvo en mis planes y te confieso que no sé cómo me dejé llevar para concursar. No voy a negarlo, me agrada recibir un premio. Pero ante todo quiero serme fiel a mí misma y sentirme bien con lo que escribí. Tampoco he tratado de seguir ninguna escuela, determinado lineamiento o estilo. Eso no va conmigo.

ARM: ¿Cómo fue tu infancia?

BK: Mi papá decidió irse a vivir al campo, nunca supe las razones que lo motivaron a dejar la ciudad. Yo tenía nueve años. Agradezco muchísimo esa experiencia de vivir en Hato Mayor, mi segundo pueblo. Luego, ya en la madurez, volví por razones de divorcio, pero San Cristóbal es mi lugar de origen, donde está mi familia. Considero un privilegio haberles dado esa oportunidad a mis hijos, de vivir parte de su infancia en Hato Mayor, en contacto directo con la naturaleza, con la riqueza del campo dominicano. San Cristóbal es mi raíz, donde me eduqué y me enamoré por primera vez, donde vivo desde 1976.

ARM: San Cristóbal te debe mucho. Allí presides el Centro Duartiano y tu labor con los jóvenes, como directora de la Casa de la Cultura, es meritoria.

BK: Bueno, espero que sea meritoria. Necesitamos relevo, a la juventud le hace falta orientación y apoyo. Uno se desespera porque quiere hacer más… Tengo dos experiencias hermosas. A veces llamo a los niños limpiabotas del parque para leerles cuentos. Un día uno de ellos se me quedó mirando muy atento, y al preguntarle por qué me miraba así, me dijo: “es que yo nunca había oído un cuento”. En otra oportunidad fui a una escuela de barrio, de bajos recursos, a dar una charla sobre la importancia de la lectura. Cuando iba por la calle, un niño me gritó: “¡Blanquita, Blanquita, ya tengo un libro!”. Él lo expresaba como si tuviera un tesoro, como si fuera un premio. Para mí resultó ser el mayor premio, ver que un niño, a quien yo incentivé a leer, ya estaba leyendo. Eso es bello.

ARM: ¿Cómo te sientes al ver crecer a tus alumnos en el mundo artístico?

BK: Es una bendición asistir a sus exposiciones, verlos iniciarse en los caminos del arte y hacerse hombres y mujeres de bien. Muchos de esos jóvenes se han destacado en la literatura, en sus actitudes ante la sociedad. El trabajo ha sido duro, difícil, pero he visto los resultados.

ARM: A nivel personal has visto los resultados. Pero si eso se hiciera a nivel de autoridades, no importa el gobierno de turno…, de estimular la alfabetización y el interés por la lectura, seríamos mejores seres humanos.

BK: Habría menos maltrato a la mujer y violencia intrafamiliar. Uno de los grandes problemas de nuestro país es la educación. Una persona educada no hace ciertas cosas y sí otras positivas. La educación es vital para el desarrollo de un pueblo. De ahí parte todo.

ARM: Háblame de la Blanquita luchadora.

BK: He estado en varios frentes de lucha. Por ejemplo, cuando la Secretaría de Cultura debía existir, fui fiel defensora. Me gusta involucrarme en lo que tenga que ver con el avance del país, el desarrollo de los jóvenes. Durante la dictadura de Trujillo estuve casada con Agustín Perozo, miembro de una de las familias que más muertos tuvo en esa época. El que debió haber sido mi suegro desapareció y nunca se supo dónde lo enterraron. A un cuñado que no conocí lo asesinaron a los 14 años en San Francisco de Macorís. En su escuela pusieron un cartel que decía “Abajo Trujillo”, y como él era Perozo, se le pegó a él. Mi esposo tuvo que exiliarse porque lo iban a matar. Me dejó embarazada. Vivíamos en constante sobresalto y angustia. Cuando me comprometí con Agustín, mi papá me dijo: “Te voy a regalar un traje negro, porque vas a ser viuda”. Yo pensaba que no lo vería más. Fueron años de dolor y miedo, hasta que él pudo regresar luego de la muerte del tirano.

ARM: Y durante esos años escribiste.

BK: Sí, escribí un cuento que se llama precisamente “El traje negro”, y otros relatos de corte social que no pude publicar en ese tiempo.

ARM: Hace unos minutos, en la lectura poética, hablaste de la turmalina. ¿Qué te atrae de esa piedra?

BK: El nombre me llamó la atención. Estuve buscando turmalina en las joyerías de la capital y no encontré. El dueño de la joyería Capriles, que es mi amigo de infancia, tenía una hacía años y me la regaló en un dije. Según leí, la turmalina es una piedra preciosa muy dura y resistente, que adopta varias tonalidades. Yo también soy resistente y me sé adaptar a los cambios. Siempre he dicho que no sé mucho de nada pero soy curiosa de todo. Soy como la turmalina.

CAYENA. Revista digital. Sábado 9 mayo 2009.

LA MADUREZ: Educación para combatir la molicie con la personalidad.


Por Oliver Brachfeld

¿Qué entiende el psicólogo por madurez? Dos cosas: “Puede entenderse por madurez el término de un proceso evolutivo, pero también la adquisición de ciertas habilidades, aptitudes y conocimientos para la realización de un objetivo de importancia vital.” Nada puede oponerse a este moderno concepto de la madurez, que ya no se parece a la idea de la madurez propia del botánico.

Si en esta época los hombres estamos generalmente mal acostumbrados por el exceso de comodidades que nos ofrece la civilización, en la mayoría de los casos este fenómeno es todavía más evidente: Mi malogrado maestro, el célebre psicoterapeuta y pedagogo vienes, Alfred Adler, fue sin duda el primero que señaló los grandes peligros que encierra la vida regalada. En estas condiciones de facilidad el veía un peligro par educación infantil, sobre todo porque los niños mimados suelen ser, al mismo tiempo, niños mal atendidos: la vida fácil es un proceso extraño que sigue el curso, en cierto modo, helicoidal. Cuando más consentido esta un niño, más exigente se muestra, sus deseos se convierten en exigencias enormes, hasta que los padres y, sobre todo, la madre excesivamente tolerante, sienten que es humanamente imposible satisfacer esas pretensiones desmesuradas y esa necesidad irresistible de comodidades. Si la antigua roma sucumbió a la malicie extremada, nuestra sociedad de bienestar esta también expuesta a perecer por exceso de comodidades. Por esto ha de parecernos todavía mas extraño que un espíritu tan eminente como Ludwig Marcase elogie- en el Apéndice de su libro de bolsillo sobre Segismundo Freud- la molicie como la aspiración suprema de la vida; sólo cabe esperar que la generación actual no le preste demasiados oídos. La molicie, el exceso de mimos son exactamente lo contrario de la verdadera educación, el polo opuesto de la madurez.

Si avalamos con los padres, estos nunca reconocen que miman y malcrían a sus hijos, aunque lo hagan realmente. Después de todo, malcriar y mimar exageradamente a los hijos no es una cuestión del bienestar: por mi pobre que sea una madre, puede mimar con exceso a su hijo y hacerle desgraciado para toda su vida. Algunos padres y, en especial, las madres demasiado tolerantes con sus hijos, acaban por reconocerlo, después de reflexionar un poco, y quieren justificarse, diciendo:”Sí, yo desearía poder dar a mi hijo todo lo que yo no pude tener cuando era pequeña”. Estas madres no comprenden que de este modo cometen un pecado para con su hijo, y que, en el fondo, su conducta es egocéntrica. Quieren tomar la revancha de la vida, proyectando o delegando en sus hijos sus propios deseos y afanes insatisfechos, con lo cual descuidan por completo el interés de sus hijos, con la mejor intención.

Detrás de estos intentos de justificación se oculta siempre una gran dosis de egoísmo y egocentrismo. Los padres que miman demasiado a sus hijos se extrañan después de pronto que estos se vuelvan tercos y adquieren una serie de defectos y malas costumbres durante la infancia, que empiecen a mentir e, incluso (lo que, a los ojos de los padres indignados, es peor aún), a cometer pequeños hurtos. No comprenden que eso que ellos llaman un “comportamiento extraño” de sus hijos lo han provocado ellos mismos con una educación excesivamente blanda que, como ya he dicho, es al mismo tiempo una educación descuidada.

La verdadera ecuación empieza proponiendo al niño pequeños problemas, que poco a poco se irán haciendo más complicados, dejándole que sienta la satisfacción del resultado de sus esfuerzos y cultivando al mismo tiempo la conciencia de sus posibilidades: no se puede exigir demasiado de un niño, para que no se deprima, si fracasa. Hay que infundirle ánimo y afirmar su valor, pero sin caer en el error de hacerle arrogante y temerario. Si un niño es valiente, no fracasará cuando haya de enfrentarse con una situación nueva o inusitada; sólo el niño que no esté malcriado, es decir que no esté deformado, tendrá valor para reconocer sus propias imperfecciones. Hay que enseñar a los hijos a ver sus defectos y a superar las situaciones imprevistas, los cambios repentinos del medio ambiente, de escuela, la defunciones o el nacimiento de un hermano.

Es indispensable educar al niño poco a poco, pero desde el principio, enseñándole a aceptar sus responsabilidades, aunque sin abusar demasiado de sus fuerzas: Cuando ya sabe andar, no se le debe privar del placer de avanzar solo, cogiéndole en los brazos. Cuando sabe abrocharse solo el vestidito, no hay que descargarle de este trabajo, con el pretexto de que nosotros lo hacemos más de prisa. Cuando ha aprendido a atarse los zapatos, hemos de dejarle el tiempo necesario para que lo haga tranquilamente y, todo lo demás, enseñarle con mucha paciencia a hacerlo con más rapidez, pero él solo. Únicamente así alcanzará el grado de desarrollo, es decir de madurez, propio de su edad.

HUMBOLDT. Año 13. 1972.Número 48.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: DOMINGO PEÑA NINA



DOMINGO PEÑA NINA. Es médico cirujano, egresado de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Cursó, además, la especialidad en Gineco-Obstetricia (1974-1978) y diplomado en Histeroscopía (1997-1998), en la División de Estudios Superiores de la misma universidad, el Hospital de Gineco-Obstetricia Número Uno, del Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto Nacional de Perinatología de México (INPER).

Desde 1979 hasta la actualidad ha sido Jefe del Servicio de Gineco-Obstetricia del Hospital Dr. Rafael J. Mañón S. del I:D:S:S:, en San Cristóbal, República Dominicana.

Ha publicado los libros de cuentos: La incesante agonía del regreso (1994), Pisadas en suelo de Otoño (1997), Historias de vida, muerte y lejanías (2001) y La Traicionera Próstata y sus Problemas: Guía completa para hombres prudentes (2004). En co-autoría con la Licda. Alicia Zúñiga Lozano, su esposa, publicó los textos universitarios Lengua Española. Elementos Básicos de Redacción Dinámica (1997) y Lengua Española. Estructura y Funciones Básicas (1999).



La Traicionera Próstata y sus Problemas.
Domingo Peña Nina
Ilustracion Portada: Marcial Báez

Subrayados:

Cuando hablamos de los padecimientos benignos de la próstata, específicamente del aumento de tamaño (hipertrofia benigna), entonces si suelen aparecer algunas manifestaciones que permiten sospechar el crecimiento y/ o inflamación de la glándula y dan la pauta para acudir tempranamente a la consulta con un urólogo.

El crecimiento prostático suele ser un proceso lento y al ser un proceso lento, los síntomas aparecen progresivamente. Al cortejo sintomático que nos sugiere un crecimiento anormal de la próstata se le llama prostatismo y habitualmente aparece de manera secuencial. Los principales síntomas que sugieren un crecimiento prostático son:

Dificultad para orina.

Chorro de orina débil.

Necesidad de orinar frecuentemente.

Necesidad de orinar por la noche.

Necesidad de apretar para conseguir vaciar la vejiga.

El acto de orinar se realiza en dos tiempos con chorros entrecortado.

Sensación de que la vejiga no se vacía completamente.

Dificultad para iniciar la micción.

Goteo de orinar al acabar.

Sensación imperiosa de orinar.

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: JUAN B. NINA



JUAN B. NINA. Nace en San Cristóbal el 24 de junio de 1959. Ha sido Chef de cocina en varios restaurantes y Hoteles en República Dominicana. Se desempeño como profesor de Arte Culinario en la Escuela de Hotelería y Truismo de Santo Domingo, 1991. Poeta, pintor y ensayista perteneciente a la última generación de artistas dominicanos. Ha participado en más de 30 exposiciones individuales y colectivas en las principales bienales de las Artes Plásticas en República Dominicana. Tiene tres individuales de pintura presentando la última en Santiago de Cuba. Ha sido invitado a exponer por la Universidad de Bluffon Collage de Estados Unidos en 1997. Fue, homenajeado en dos ocasiones por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) por su participación artística en 1994. Ha viajado a más de diez países en actividades políticas, culturales y de investigación. Juan B. Nina ha publicado las obras: Voces del tiempo(1989), La tierra no resiste mas heridas (1989), Manja… y otros poemas de amor (1990), Evocación de los tiempos en fin de siglo (1992), Otra mirada al horizonte (1993), Elogio del fuego (1994), Andrómeda (1994), Anotaciones biográficas de San Cristóbal (1998), Personajes de San Cristóbal 1998, El origen de la cocina dominicana (1999), Apuntes sobre la Historia de la alimentación (1999), La cocina de las Américas (2000), Antología de Escritores Sancristobalenses 1900-2000 (2001), Historia y folklore de San Cristóbal (2006), Los dulces dominicanos (2007), Antología poética del Sur (2007).

Manja y otros poemas de amor.
Juan B. Nina

Selección

Marilyn Monroe

Esta noche no pestañeo
mirando los pezones de Marilyn.
Los senos de Marilyn son estelas
poblados de brasas ardientes
que al acercarme tiemblo.
Mi corazón se estremece entre sus manos
abiertas, inocente entre su pecho.
El suave olor a Ives Saint Laurent
desborda las arterias que circundan
por sus ojos verdes
humedeciendo labios, lagrimas tibias
y mi boca se pierde
sorbiendo manantiales de su cuerpo
saboreando manantiales de su cuerpo
saboreando su sangre,

fecundando territorios.
No quiero mas soles
que calcinen mi cuerpo.
Quiero prolongar este mundo
en esta lucha de cuerpos
saturado de estrellas
de grietas húmedas entre columnas
llena de ríos azules.
Cómo extender este tiempo
de palpitaciones
de sudores nocturnos
de voces infinitas cargadas de deseo.
Dime, Marilyn?

Otra mirada al Horizonte
Juan B: Nina

Selección:

No hay noches

No hay noches
el fuego es eterno
sólo es sombra lo que existe
al moverse el pez de polvo
Hay que inventar el poema
Dios escupe las imágenes sobre el papel
mientras mira el horizonte sobre las alas de los
pájaros
Yo no soy quien niega a Dios
mis palabras crean templos
Soy un diálogo constante con la muerte
sólo la muerte será el fin de las palabras
las palabras son el dialogo con uno mismo
cuando las sombras vienen preñadas de silencio
y no hay noches.

Reunión de mares

Oh mar miro tu azul de plata
olas de luz que sueño en el espejo el alba
Paisaje mas agua donde duermen los diamantes
y cantan las gaviotas
crepúsculo de sangre azul de cobre
aguas amarillentas de osamentas
que naufragan en reuniones de mares
con luna de plata
pezón ardiente solitario
triste luz del horizonte en el ojo de la sombra
Gigantesca lágrima más de perlas
paisaje de nubes en estelas de espumas
donde sueñan las sirenas en dulces noches
de invierno
mariposas beben rocío de alba
tejiendo la luz frente a la luna
De súbito danzan dos lagartos
collares de hormigas retorcidas
en el hilo eterno de la muerte
sueño en el crepúsculo mutilando mis miembros
oculto en este cuerpo que no es mío.


martes, 5 de mayo de 2009

Como meter el diablo en el infierno de GIOVANNI BOCCACiO


GIOVANNI BOCCACIO (1313-1375) Escritor italiano. Hijo natural del mercader y banquero florentino Boccaccio da Chellino, agente de la poderosa compañía financiera de los Bardi, no conoció la identidad de su madre. Las leyendas que el propio Boccaccio se encargó de difundir acerca de su vida no permiten determinar si nació en París, Certaldo o Florencia. Lo cierto es que creció en esta última ciudad, en el barrio de San Pietro Maggiore, y fue educado por Giovanni Mazzuoli da Strada, quien le inculcó la pasión por Dante que lo dominaría toda su vida.

Tras demostrar escasas aptitudes para las finanzas y el comercio, fue enviado por su padre a Nápoles, donde adquirió una sólida formación literaria gracias a las enseñanzas de los más ilustres eruditos de la corte napolitana: Paolo da Perugia y Andalo Delnevo. Lo que más le impresionó del ambiente napolitano fueron el refinamiento y la voluptuosidad que reinaban en la corte de los Anjou, en la cual convergían las culturas italiana, bizantina y árabe.

En ese contexto de intrigas y ambiciones cortesanas, amores prohibidos y sensualidad se sitúa su obra maestra, El decamerón, centrada en la figura cambiante y fascinadora de Fiammetta, hija ilegítima de Roberto de Anjou, y en sus propias aventuras juveniles, debidamente enriquecidas mediante brillantes ornamentos literarios e invenciones de todo tipo. El personaje de Fiammetta, a quien el autor pretendió haber amado, recorre obsesivamente toda su literatura anterior.

En Nápoles escribió tres obras relevantes: Filocolo (1336), adaptación de la historia medieval de Floris y Blancaflor; Filostrato (1338), poema adscrito al ciclo de la guerra de Troya; y el poema épico La Teseida (1339-1340). La quiebra del banco de los Bardi le obligó a volver a Florencia (1340), donde sufrió graves penurias económicas y problemas domésticos. Su situación no lo apartó de su quehacer literario, que, por el contrario, al parecer salió reforzado de esa experiencia, que le acercó al ambiente picaresco de mercaderes del que provenía su familia. En esos años compuso el idilio pastoril Ameto, La amorosa visión, La elegía de doña Fiammetta, escrita en prosa, y Las ninfas de Fiésole, en el que recreó, con versos octosílabos, amores puros y nobles.

La peste que asoló Florencia en 1348 le inspiró la idea de El decamerón, que redactó entre ese año y el de 1353. La obra obtuvo un gran éxito, lo cual le valió, en adelante, ser promovido con frecuencia a cargos oficiales honoríficos. Desempeñó funciones de embajador, primero en Aviñón y luego en Roma. De esos años son Poema bucólico, conjunto de dieciséis églogas compuestas en latín e inspiradas en Virgilio, y dos obras de signo totalmente opuesto: Corbacho, violenta sátira social y sexual, y De las mujeres notables, que contiene una larga serie de edificantes biografías femeninas.


Como meter el diablo en el infierno
Giovanni Bocaccio

Ilustración:Marcial Báez

Narración Décima:

La joven Alibech se hace eremita y vive con Rustico, un monje. Este la enseña a meter el diablo en el infierno .Al dejar de hacer esa vida, ella se casa con Neerbale.

Idóneo que bahía escuchado atentamente el relato de la reina, cuando vio que había concluido y que llegaba su turno, sin esperar a que le ordenaran, sonriente empezó a hablar:

-Graciosas damas: quizá no sabéis como se mete el diablo en el infierno, y por eso os lo quiero decir. Quizá aún estaréis a tiempo de salvar vuestra alma y podéis saber como Amor vive en alegres palacios y maliciosas cámaras, más que en las cabañas de los pobres, pero no por ello alguna vejez deje hacer sentir su fuerza entre los espesos bosques, en los escarpados montes, y en desiertos y cuevas; esto ocurre porque, como se puede ver, todo está sujeto a su fuerza.

Pero viniendo al caso, digo que en la ciudad de Capsa en Berbería, hubo un hombre muy rico, el cual, además de varios lujos, poseía una hija bella y agradable, cuyo nombre era Alibech. Ella no era cristiana, y viendo gran número de de cristianos alabar su fe y servir a Dios, un día le preguntó a uno la manera más adecuada de servir a Dios. Este le respondió que estaban más aptos para servir a Dios los que se apartan de las cosas del mundo, como hacían los que iban al desierto de la Tebaida. La joven, que era muy ingenua y tenía sólo catorce años, empujada no sólo por el deseo racional, sino por un infantil capricho, y sin dar explicaciones a nadie partió secretamente hacia el desierto de la Tebaida: Muy fatigada, pero empujada por su propósito, llegó al cabo de unos días a aquella soledad, en donde había una casita. Halló en la puerta un santo varón, el cual, maravillado de verla, preguntó que buscaba por allí. Ella respondió que, inspirada por Dios, quería trabajar a su servicio, y que le enseñaban la manera conveniente de servirle. El buen hombre, viéndola tan joven y bastante hermosa, temiendo que el demonio le tentara, si la retenía consigo, alabó su buena predisposición, y dándole agua y algo para comer, le dijo:

-Hija mía, no muy lejos de aquí hay un santo varón, el cual, para lo que tú buscas, es mucho mejor maestro que yo. Ve allí.

Y púsola en camino. Ella, llegando ante el eremita y siendo acogida con iguales argumentos, anduvo un poco más, hasta que llegó al refugio de un joven ermitaño, persona bastante buena y devota, llamado Rústico, y le preguntó lo mismo que a los demás. Este, para dar prueba de su gran entereza, no la despidió como los otros, sino que la retuvo en su refugio. Cuando llegó la noche, le hizo un lecho de hojas de palma y le dijo que reposara allí encima. Hecho esto, las tentaciones empezaron a dar la batalla a las fuerzas del eremita, el cual estaba muy engañado sobre ellas. Tras demasiados ataques, se consideró vencido. Dejó de lado sus buenos pensamientos y sus oraciones y disciplinas, para atender solamente ala juventud y belleza de la muchacha, pensando la manera de llegar, sin que ella lo advirtiera, a conseguir lo que como hombre pretendía. Primero probó, con cierta prudencia, si ella había conocido hombre alguno, y si era ingenua como mostraba. Cerciorándole, creyó poder sacarle partido. Bajo apariencia de servir a Dios, le enseñó primero con muchas palabras lo enemigo de Dios que era el diablo, diciéndole que el mejor servicio para hacerle consistía en poner al diablo en el infierno, adonde el señor le había condenado. Ella le preguntó la manera de hacer eso y Rústico le dijo:

-Lo sabrás en seguida, pero ve haciendo lo que me veas hacer a mí.

Y empezó a denudarse, hasta quedar completamente en cueros; ella hizo lo mismo, y entonces él, fingiendo que se arrodillaba para rezar, la atrajo cerca de sí. Esto hizo que se encendiera más que nunca, y se produjo la resurrección de la carne.

Y ella, al notarlo dijo:

-Rústico ¿Qué es eso que veo que te sale hacia fuera, y que yo no lo tengo?

-Hija mía-respondió el monje-, es el diablo del que te he hablado, el cual me causa tantas molestias que no lo puedo aguantar.

Entonces dijo la joven:
-¡Alabado sea Dios! Ya veo que estoy mejor que tu, pues no tengo ese diablo.

Y Rústico le responde:

- Es cierto pero tú tienes otra cosa que no tengo yo.

-¿Qué es ello?-preguntó ella.

-A lo cual contestó Rústico:

-El infierno, y creo que Dios te ha enviado para que salve mi alma, ya que siempre que el diablo me importune, si tu te apiadas de mi, lo pondré en el infierno. Daremos gusto a Dios y trabajaremos en su servicio, que es por o que tú has venido aquí.

La joven repuso ingenuamente.

-Padre. Si yo tengo el infierno, sea lo que os plazca.

Dijo entonces Rustico:

-¡Bendita seas, hija mía! Vamos a meter el diablo en el infierno, para que no me moleste más.

Y diciendo esto, condujo a la joven a uno de los lechos, enseñándole como colocarse, para aprisionar a aquel maldito ser. La joven que nunca había puesto el diablo en infierno alguno, al ser la primera vez notó cierta molestia, y dijo a Rústico:

-Por cierto, mala cosa debe ser ese diablo, y verdaderamente enemigo de Dios, que aún e el infierno, sin hablar de otros lugares, duele cuando se le mete.

-Hija mía, no siempre será así- respondió Rustico.

Para que aquello no se repitiera, volvieron a meterlo seis veces antes de levantarse del lecho, y de tal modo le sacaron la soberbia de la cabeza, que lo dejaron tranquilo. Pero la soberbia se presentó, aún muchas más veces y la joven siempre le empezó a gustar, y le dijo a Rústico:

-Ahora veo que es cierto lo que decían los buenos hombres de Capsa, que servir a Dios era cosa buena. No recuerdo haber hecho nada tan agradable como meter el diablo en el infierno.

Y mientras lo hacían comentaba:

-Rústico, no se por que el diablo se va del infierno, que si se quedara allí, con el gusto que se le acoge, no se saldría del lugar.

La joven iba invitando a Rústico y obligándole a servir a Dios, hasta que la cosa llego a un extremo que sentía él por momentos que perdía fuerzas. Entonces explicó a la joven que el diablo sólo se debía meter en el infierno cuando por soberbia levantaba la cabeza.

-Y nosotros-dijo-, por la gracia de Dios le hemos escarmentado tanto, que el ruega al Señor que se le deje en paz.

- Con eso aplaco algo a la joven, la cual, al ver a Rústico no le pedía que aceptara ya al diablo, declaró:

-Rústico, tu diablo esta castigado y no te molesta, pero yo tengo el infierno que no me deja vivir, o sea que debes mitigarlo con tu diablo.

-Rustico, que sólo se alimentaba de raíces y agua, no podía responder a tal necesidad;

Le dijo que había muchos diablos para satisfacer aquel infierno. De vez en cuando la satisfacía, pero ocurría muy pocas veces; era como echar un haba en la boca de un león. Ella creyó que Rústico no satisfacía a Dios, y se lamentaba. Entre tanto ocurrió en Capsa un incendio en el que pereció toda su familia, quedando Alibech como única heredera. Entonces un tal Neerbale, enterado de que ella vivía, la buscó para casarse antes de que la justicia se apropiara de los bienes. Con gran placer de Rústico, Neerbale llevósela a Capsa, casándose con ella. Las mujeres le preguntaron como había servido a Dios, explicándolo ella que ponía al diablo en el infierno, y censurando que Neerbale la hubiese quitado de tal misión. Entonces le dijeron:

-¿Cómo se mete al diablo en el infierno?

La joven se lo explicó con palabras y actos, lo cual provocó gran risa entre ellas, que dijeron:

-No te preocupes, que eso también se hace aquí, y Neerbale servirá para ello, si Dios quiere.
-Esto ocurrió de boca en boca por la ciudad, convirtiéndola en el dicho vulgar de que nunca se sirve tan biena Dios como metiendo al diablo en el infierno. Por eso, vosotras, jóvenes que tenéis que estar en gracia de Dios, aprended a meter el diablo en el infierno

lunes, 4 de mayo de 2009

Una Mesa es una Mesa de PETER BICHSEL



Peter Bichsel es un suizo-alemán, escritor y periodista en representación de la literatura alemana moderna. Although he is modern, he is not widely regarded or acclaimed. A pesar de que es moderna, no está considerado o aclamado. Bichsel was born March 24, 1935 in Luzern, Switzerland the son of craftsmen, manual laborers. Bischel nació el 24 de marzo de 1935 en Lucerna, Suiza, el hijo de artesanos, trabajadores manuales. Shortly after he was born, the Bichsels moved to Olten, also in Switzerland. Poco después de que nació, se trasladó a la Bichsels Olten, también en Suiza. To this day, Peter considers himself from Olten. Hasta el día de hoy, se considera a sí mismo Peter de Olten. After finishing school, Bichsel became a an elementrary school teacher, a job which he held until 1968. Después de terminar la escuela, se convirtió en un Bischel elementrary un maestro de escuela, un trabajo que ocupó hasta 1968. From 1974 to 1981 he was the personal advisor of Willy Ritschard, a member of the German parliament. De 1974 a 1981 fue consejero personal de Willy Ritschard, un miembro del parlamento alemán. Between 1972 and 1989 he made his mark as "writer in residence" and a guest lecturer at American universities. Entre 1972 y 1989 hizo su marca como "escritor en residencia" y un profesor invitado en universidades americanas.

One of his first and most well known works is Really Mrs. Blum Would Like to Get to Know the Milkman. Una de sus primeras y más conocidas obras de la Sra. Blum es verdad me gustaría conocer al lechero. Not as short as this first one, his children's stories were just as successful. No tan corto como este primero, a sus hijos las historias son tan exitosos. For the most part, Bichsel's works for younger readers concern children's stubborn desire to take words literally and wreak havoc on the world of communicated ideas. En su mayor parte, Bischel las obras para los lectores más jóvenes se refieren a niños de la tenaz voluntad de tomar las palabras literalmente y causar estragos en el mundo de las ideas comunicadas. In the early 1970s and 1980s, Bichsel's journalistic work pushed his literary work to a large extent into the background. A principios de los años 1970 y 1980, el trabajo periodístico Bischel empujado su obra literaria, en gran medida, en el fondo. Only with Der Busant (1985) and Warten in Baden-Baden appeared again to have the Bichsel style that was so familiar to German readers. Sólo con Busant Der (1985) y warten en Baden-Baden apareció de nuevo para tener el estilo que Bischel era tan familiar a los lectores alemanes. Peter Bichsel gave up being a professional teacher early in his lifetime, yet he has continued to teach his readers that the drudgery and banality of life is of our own making. Peter Bichsel dio por ser un profesional de docentes a principios de su vida, pero él ha seguido para enseñar a sus lectores que la monotonía y la banalidad de la vida es de nuestra propia creación. Conversely, we have every opportunity to prevent our lives from being boring. Por el contrario, tenemos todas las oportunidades para evitar que nuestras vidas sean aburridas. This theme has helped make Peter Bichsel a symbol of German literary work today. Este tema ha ayudado a hacer de Peter Bichsel un símbolo de la obra literaria alemana de hoy.

Kindergeschichten(Historias para niños. Colonia.1966).

Sinopsis

¿Una mesa es una mesa? ¿Y por qué no se llama cuadro? ¿Por qué se viaja en tren si se sabe de antemano a dónde llegará? ¿Y si caminara siempre recto?¿Y si decidiéramos no saber nada más y olvidar todo lo que sabemos? Estas son algunas de las preguntas que encontramos en la famosa e inocente obra -Kindergeschichten, Historias para chicos- de Peter Bichsel. Historias filosóficas al alcance de los niños y destinadas a ellos. La soledad y la incomunicación constituyen los ejes temáticos de unos personajes, hombres y mujeres corrientes que esperan, desean, aman, luchan y acostumbran a guardar silencio. La sugerencia es el arma que utiliza Bichsel para contar eso que no se puede explicar con palabras: la vida vista desde dentro de cada ser humano.




Una mesa es una mesa

Por Meter Bichsel

Quiero contar algo de un anciano, de un hombre que ya no dice ni palabra, que tiene una cara cansada, demasiado cansada para sonreír y demasiado cansada para enfadarse: vive en una pequeña ciudad, al final de la calle o cerca del cruce: Casi no merece la pena describirlo, apenas lo distingue algo de los demás. Lleva un sombrero gris, pantalones grises, una chaqueta gris y en invierno el largo gabán gris y tiene un cuello delgado, cuya piel esta seca y arrugada. Los cuellos blancos de las camisas le están demasiado anchos.

En el último piso de la casa tiene su habitación, quizás estuvo casado y tuvo hijos, quizás vivía antes en otra ciudad. Seguro que una vez fue un niño, pero esto fue en la época en que los niños vestían como las personas mayores. Así se les ve en el álbum de la abuela. En su habitación hay dos sillas, una esa, una alfombra, una cama y un armario. Sobre una esa pequeña hay un despertador, al lado hay periódicos viejos y el álbum de fotos; de la pared cuelgan un espejo y un cuadro.

El anciano solía dar un paseo por las mañanas y otro por las tardes, hablaba unas palabras con su vecino, y por las noches se sentaba a su mesa.

Esto no cambiaba nunca, hasta en domingo era así. Y sentado a su mesa, el anciano oía el tic-tac del despertador, siempre el tic-tac del despertador.

Hubo una vez un día especial, un día de sol, no demasiado caluroso, no demasiado frío, con trinos de pájaros, con gente amable, con niños que jugaban-y lo especial era que de repente al hombre todo aquello le hizo gracia.

“Ahora todo iba a cambiar”, pensó. Abrió el botón más alto de al camisa, cogió el sombrero en la mano, acelero el paso, hasta que se columpio con las rodillas al andar y estaba contento. Vino a su calle, saludaba a los niños, llego a casa, subió las escaleras, cogió las llaves del bolsillo y abrió su habitación.

Pero en su aviación todo había permanecido igual; una mesa, dos sillas, una cama.Y sentándose volvió a oír el tic-tac. Y toda su alegría había desaparecido, puesto que nada había cambiado.

Y al hombre le sobrevino una gran cólera.
Vio como , ante el espejo, enrojecía, vio como se estrechaban los ojos; luego se volvieron sus manos puños, os levanto y pegó con ellos sobre el tablero de la mesa, primeramente sólo un golpe, luego otro, y luego empezó a tamborear sobre la mesa, gritando continuamente:
-¡Esto debe cambiar!!Esto debe cambiar!

Y ya no oía el despertador. Luego empezaron a dolerle las manos, le falto la voz, y volvió a oír el desatador y nada cambiaba.

-¡Siempre la misma mesa!-dijo el hombre-¡las mismas sillas!, la cama, el cuadro.

Y a la mesa le digo mesa, al cuadro le digo cuadro, la cama se llama cama, y la silla se lama silla. ¿Por que mirándolo bien? Los franceses dicen a la cama “li”, a la mesa “Tabl”, llaman al cuadro “tabló” y a la silla “Shees”, y ellos se entienden. Y los chinos se entienden también.

¿Por que no se le llama la cama cuadro?, pensó el hombre y sonrió, luego se echo a reír hasta que los vecinos golpearon en la pared y llamaron “silencio”.

-Ahora habrá un cambio-grito- y desde aquel momento empezó a decirle a la cama “cuadro”.
-
Estoy cansado, quiero ir al cuadro-dijo- y por las mañanas se quedo a menudo largo rato en el cuadro y meditaba como iba a llamar a la silla y amo a la silla “despertador”. Se levanto pues, se vistió, se sentó en el despertador y apoyo los brazos en la mesa. Pero la mesa ya no se llamaba ahora mesa, se llamaba ahora alfombra. Por la mañana abandonaba pues el hombre el cuadro, se vestía, se sentaba a la alfombra, en el despertador y meditaba a que cosa le llamaría como.

A la cama le dijo cuadro
A la mesa le dijo alfombra.
A la silla le dijo despertador.
Al periódico le dijo cama.
Al espejo le dijo silla.
Al despertador le dijo álbum.
Al armario le dijo periódico.
A la alfombra le dijo armario.
Al cuadro le dijo mesa.
Y al álbum le dijo espejo.

Por consiguiente:

Por la mañana se quedaba el anciano largo rato acostado en el cuadro, a las nueve sonaba el álbum, el hombre se levantaba y se colocaba sobre el armario para no helarse los pies, luego sacaba sus trajes del periódico, se vistió, miro la silla en la pared, se sentó luego sobre el despertador, ala alfombra y hojeaba el espejo, hasta dar con la mesa de su madre.

Al hombre le hizo gracia todo aquello, entrenándose durante todo el día y aprendiéndose las nuevas palabras de memoria. A todo le fue dado otro nombre. El ya no era ahora un hombre, sino un pie, y el pie era una mañana y la mañana un hombre.

Ahora vosotros mismos podéis seguir escribiendo el cuento. Y luego podéis, así como lo hizo el hombre, intercambiar las demás palabras:

Sonar se llama colocar,
Helarse se llama mira,
Acostarse se llama sonar,
Estar de pie se llama helarse,
Colocar se llama mojar.

De tal modo que luego dice:

Al hombre le sonó el pie viejo largo tiempo en el cuadro, a las nueve coloco el álbum, el pie se helo y se hojeo sobre el armario, para que no viera en las mañanas.

El anciano compro cuadernos azule y los llenó con nuevas palabras, y tenia mucho que hacer, y ya no se le veía casi nunca en la calle.

Luego aprendió para todas las cosas los nuevos significados y olvidaba cada vez más los verdaderos. El tenía ahora un idioma nuevo que le pertenecía a él solo.

De cuando en cuando soñaba ya en el idioma nuevo, traduciendo luego las canciones de los años escolares a su idioma, y las cantaba en voz baja.

Pero pronto también el traducir le costo mucho, había olvidado casi su antiguo idioma, teniendo que buscar las verdaderas palabras en su cuaderno azul. Y tuvo miedo de hablar con la gente. Tenía que pensar largo rato cómo la gente le dice las cosas.

A su cuadro le dice la gente cama
A su alfombra le dice la gente mesa.
A su despertador le dice la gente silla.
A su cama le dice la gente espejo.
A su álbum le dice la gente despertador.
A su periódico le dice la gente armario.
A su armario le dice la gente alfombra.
A su mesa le dice la gente cuadro.
A su espejo le dice la gente álbum.

Y llegó a tal punto que el hombre se echaba a reír oyendo hablar a la gente.
El se echaba a reír oyendo como alguien decía” ¿Ud. También va mañana al partido de futbol?” O si alguien decía: “Ahora ya llueve desde hace dos meses”. O si alguien decía: “tengo un tío en América”. El se echaba a reír, porque no entendía todo aquello.

Pero este no es un cuento alegre. Ha empezado triste y termina triste.
El anciano del gabán gris ya no entendía a la gente; esto no era lo malo.
Lo peor era que ellos ya no le entendían.
Y por eso ya no dijo nada.
Se calló.
Hablaba consigo mismo.
Ya ni saludaba.

Traducción: Hans Leopoldo Davi.
HUMBOLT. Año 12.1971.No 45.

domingo, 3 de mayo de 2009

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: DIOGENES NINA


DIOGENES NINA es autor de varios libros de poesía entre los cuales podemos destacar: Hora de la araña(1974); republica Permutable(1979); Apricina (1987); Metamorfosis del silencio(1989); El secreto de los ciclos(1991); Memorias del sueño(1993); También los libros de cuentos El Limbo de Felipe Guarao (1994) y Los Duendes de la casa de Martha Delpino (1996).

Los cuentos de Diógenes Nina nos sitúan ante la posibilidad de un universo fantástico de tipo urbano que se inscribe a su vez en un neofantástico vertical. Sus cuentos pretenden superar la óptica simplemente realista, para, mediante el choque interno y el movimiento poético subjetivo interpretar y transformar el mundo que llevamos dentro.

Para Diógenes Nina, narrar significa depositar los demonios en la página y dialogara con ellos. El delirio de ver y representar el conflicto parte de la expulsión que expresa una realización un tanto diabólica intuida en la lectura y en el propiciamiento de formulas mágicas y literales que hacen pensar en la relación entre Cábala y Literatura. Se tarta a la vez de un sentido que se integra en lo profundo a la diversidad de lo ideal y lo real. Odalís G. Pérez.

El Limbo de Felipe Guarao

Selección/cuento:

La Misión

Herman Corponigro sacó una mano por el hueco de la ventana para capturar estrellas. Una ráfaga de pinos casi lo dejó manco.

Miró a su mujer.

-¿Cómo están los niños?-interrogó.

-Bien- contestó la mujer.

-¿Ya los cacaste de la escuela?

-¡No!

-Pues hazlo, antes de que nos los estigmaticen.

-Si, Herman,-respondió ella, mientras le daba palmaditas en la mano temblorosa. Su marido juraba haber poseído siete luceros. Esa tarde, rodeado de curiosos acepto declarar su destino.

Elsa trató de disuadirlo:
-Herman, ese es tu secreto, nuestro secreto, ellos no debe saberlo…,-dijo.
-Sí, que lo sepan, no interfieras, son mis amigos y deben conocer mi misión-dijo Herman con furor.

-déjelo desahogarse, le hace bien-dijo una enfermera que en es momento le inyectaba un sedativo al paciente contiguo.

Con un gesto triunfal, Herman dio comienzo una vez más a la historia que motivo su encierro en el hospital siquiátrico.

-Sí, tenía siete estrellas, créame, nunca he mentido. Una la dirigí al sumo pontífice; quizás lo ilumina para que dejes de mentir, salus populis. Envié a dos cabezas de potencias: astros isocronos los ayudaran a equilibrar la balanza social. Otra convertida en cometa fue recibida por los cipriones. La más pequeña se me extravió, creo, en el trayecto de mi última visita a Cicerón. La sexta la preste a Fidias, para que me deje en paz.

Hablaba sin descanso, con sus ojos amarillentos desmesuradamente abiertos, acuclillado sobre la cama. Algunos lo animan a continuar con gestos solemnes de aprobación. Elsa lucia furiosa, pero guardo silencio. El continuó profesoralmente cambiando de posición.

-¡Escuchen bien! No gusto repetir las cosas.

Un coro jocoso lo animó.

-Bien, prosigo.

- La ambición es destrucción, saben. Tenemos que regresar al agrado cero, a la esencia. Mi gran misión, es advertírselo. Sí, en días pasados EliasCanetti me aseguró, asombrándome:

“Cada organismo levanta su cabeza sobre un campo de cadáveres, sonríe al sol, y declara que la vida es buena”.

-¿Me siguen?-interrogo con interés.

-Si, todos están interesados en lo que estas diciendo,- Dijo Elsa, tratando de contener el llanto.

-Pues bien, recuerdo que años atrás, cuando me batía a muerte con los arcopolistas, pensaba que los pobres y sicóticos eran infelices, y los defendía, hasta que se volvieran en mi contra. Rechaza mi ayuda, me dedique al estudio del Homo Ludens de Huizinga, y descubrí que la vida del hombre primitivo era rica y divertida porque todos tenían estrellas, y la libertad de la inocencia.

Pausó para mirarse las manos, mientras murmuraba:

- Juro que el motivo fue salvarlas de la creciente amenaza de los cohetes interplanetarios, pero cuando vi mis dedos irradiando luz, decidí compartirlas con los conspicuos del universo, con la esperanza de que meditan sobre la salvación de la humanidad.

La enfermera del piso le inyectó un sedativo.

Pasado algún tiempo, apareció en un matutino la crónica siguiente: Extranjero ultimado de disparo en la frente por agente de seguridad, cuando intento meter un destello en el bolsillo del presidente.

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: MARIA VICTORIA CARREÑO MONTAS



Maria Victoria Carreño Montás, nació en San Cristóbal. Realizó sus Estudios Superiores en Queensborough Cummunity College y en Queens College, en la ciudad de New York.
Ha publicado: respuestas del Corazón (poemas-1999) y Fragmentos de una tarde (poemas-2004).

Fragmentos de una tarde

María Victoria Carreño

Selección:

Regazo de Besos
A Víctor Augusto

Cuando no vea más tus ojos negros
ni el reflejo de mis lágrimas en ellos
mi regazo volverá desesperado
palpitando vacío
sin canciones

Cuando no vea más tu pelo
cuando tu cuerpo inmóvil
detenga mi latir
no te negaré
mi llanto repentino
desde el íntimo rincón
de mis amores

Noche de Noches
laceran infinitas
tras de ti se irá mi pensamiento
angelito de la aurora

No te negaré
mi llanto enmudecido
arrancado de mi lado dulce bien mío
golpe inesperado de mi vida
pedacito de mi alma entristecida

Quedarán bajo tierra
aquellas tardes
cuando el eco de tu voz me enajenaba
despertándome a la vez
de mis pasiones:
Inquietudes ya sin ti pasajeras

Madres sin mañanas
qué terrible fue
dejarle allí entre flores dormidas
cubriéndole sus ojitos yertos
con el último beso
de mis labios

Me pregunto
el delirio me responde:
-Fija su silueta en la penumbra de tu alma
primer amor de tu existencia-

No
no quiero saber de
realidades ni razones
mi pequeño en primavera
escuchar quiero
que me nombre
que me hable

Corre hacia mis brazos
amorcito
para darte en mi regazo
tu descanso

-Terminar lo inagotable es imposible-

Me posee la impotencia
ya sin fuerzas
a su antojo me subyuga

Inocente mío
boquita molondrosa
serás motivo de reírme triste
serás la pena de mi dicya trunca
serás la causa de mi vida muerta

Mientras tanto
dejaré mis quehaceres cotidianos
para darte los mimos que tu quieras
hablaré contigo
aunque no puedas hablarme
aunque tímido me rechaces

En lo que estés así
entre mis brazos
estaré besándote los ojos
hasta que llegue
el tiempo de perderte

Morir Soñando

Te invito a soñar después de la Fresca
a mi tierra natal..

En Azua de Compostela
vive la India Canela

En Cambita Strerling
está la jarra paterna
hielo leche y jugo de naranja
Ja
¿Quieres misa?
Ja
-Prefiero morir soñando-

En mi cabecera
una Malta Morena
dos jarritos de leche condensada
chacá de San Juan
boruga y mangos banilejos

Mis buenos amigos
han venido a verme
banderas de mi tierra
las conozco desde lejos

Ven a mi casa
hay convite maíz asado
y un baño en aguacero

Después de la Fresca
te convido a vivir
en mi tierra natal