sábado, 28 de febrero de 2009

Prólogos Libros de Marcial Báez



Prólogo La Intención de Mis Deseos.
Por Diógenes Valdez


Marcial Báez es un artista polifacético. Sus inquietudes van más allá de lo que es dable esperar de un hombre como él, que ha pasado la mayor parte de su vida inmerso entre los libros, tubos de pinturas, bastidores, pinceles, y todas aquellas cosas menudas que están íntimamente ligadas al quehacer intelectual, las que no por pequeñas, dejan de tener una vital importancia en la vida de todo aquel que ha venido al mundo provisto de un ímpetu creador.

Una de las más notables aptitudes en la vida de Marcial Báez, es su fértil imaginación, producto sin lugar a dudas de sus múltiples y variadas lecturas, una cualidad, si se quiere, escasa entre los pintores, porque antes que nada, la persona a quien hemos aludido varias veces por su nombre, es bastante conocido por sus dote de pintor y más que nada, como un magnifico dibujante.

Ahora Marcial Báez nos sorprende con la publicación de un poemario que lleva el sugestivo título de La intención de mis deseos, actividad literaria que complementa su condición de artista en todo el sentido de la palabra. La intención de mis deseos constituye el primer intento literario de este talentoso y constante trabajador de la cultura. Sin embargo, esto solamente constituye una muestra parcial de su praxis literaria, ya que el ha incursionado también dentro del difícil del cuento.

La vena poética de Marcial es esencialmente romántica y oscila, como un péndulo entre limites variables, unas veces dicha vena aparece dominada por la obsesión, como sucede en los cuatro poemas iniciáticos ( Amarte, Tenerte, aprisionarte, compláceme ) ; en otras, el deseo es lo que esta presente, como sucede en los poemas y Ser, Vivo y Aguardo.

En resumen, en todos estos poemas que hemos tomado como ejemplo y que coincidencialmente dan apertura al libro, el autor parece estar presente en cada uno de ellos, debatiéndose entre dos antinomias; una de ellas es el objeto o persona destinataria de su amor, que más que amada, es esencialmente deseada, porque ella está destinada a colmar una necesidad; en el otro extremo se haya el creador omniscente, quien como hombre y como poeta se encuentra impotente para conjugar las miserias humanas.

A partir de este instante el estro de Marcial Báez asume cadencias extremadamente sensuales. Tal vez resulte conveniente atar con un hilo invisible el epígrafe de André Gide que abre el libro, con poemas tales como: Aguardo y A tu llegada.

En este libro, versos, objetos amados o sujetos del deseo constituyen una sola entidad, llenos de enigmas y de secretos; tal vez esa sea la razón por la cual el poeta ordena: ¡Silencio/ está durmiendo/ el verso que fue mío. Este llamado al silencio no es más que una clarinada de advertencia o un temor no confesado, porque quizás, al sacar este verso de ese estado de somnolencia, el lector podrá reconocer es sus ojos a ese sujeto-objeto de esa pasión que ha movido las manos del artista, en el momento de iniciar – o de concluir – el producto de su arte.

Definir la poesía ha sido desde siempre uno de los retos más difíciles para los teóricos de la literatura; y hasta para los mismos creadores. En la construcción de un poema hay mucho de misterio. De las artes, la poesía resulta la más inefable de todas. Particularmente me agrada la definición que Stephan Mallarmé hace de ella: poesía es la confesión de un espíritu en crisis.

La poesía de Marcial Báez se ajusta perfectamente a la definición dada por el insigne poeta francés, y si bien toda entidad poética tiene siempre un carácter confesional, en la de este joven escritor, cuya “opera prima “es este libro titulado La intención de mis Deseos, se llega a la sospecha de que la confesión al estilo de Mallarmé ha sido llevada más allá de todas las consecuencias previsibles, rodeándolas deliberadamente de un gran hermetismo, por medio de cierto barroquismo verbal. Se podría decir que el autor se confiesa sin quererlo, obligado quizás por el subconsciente, sufriendo la, palabra que podría resultar reveladora una serie de mutaciones, y al aflorar a la superficie, resulta un reflejo de sí misma.

Los lectores de la Intención de mis Deseos podrán llegar a conclusiones muy diversas después de un meditado análisis de este libro. Es recomendable una lectura cuidadosa de cada uno de los textos, porque la clave para comprenderlos no se encuentra en un solo poema, sino “en un poco “de cada poema. Es como si se tratara de un enorme rompecabezas, donde las piezas que encajan se encuentran en el lugar menos esperado; un ejemplo claro puede encontrarse en trabajos como Despertaré y Donde vegetan las horas.

Toda “Opera Prima”, en alguna manera constituye un motivo de regocijo y de inquietud, tanto para el autor como para sus posibles lectores. El público que recibe en sus manos la primera obra de autor siente cierto escepticismo, porque esta persona carece de antecedentes literarios que permitan rastrear una huella literaria o hacer comparaciones; en cierto modo se acrece de un certificado que de fe de las bondades de esa criatura que acaba de nacer, sin embargo, con frecuencia aquel escepticismo se convierte en una experiencia agradable o en un motivo donde el espíritu se soslaza y reconforta. Es lo que esperamos que suceda en cada ser humano después de haber leído La intención de mis Deseos.






Prólogo Como Cascajos: Vidas.
Por Orlando Alcántara

El poema termina con la muerte de un lactante. El dolor permea todo el texto. La miseria de un territorio marginado, el Barrio Las Flores, sirve de pretexto para el poeta hacer reflexión en torno al sufrimiento humano. Su sensibilidad se ve herida por el padecimiento que circunda el habitat marginal. A partir de ese leit motiv el vate construye un texto en reciclaje que nos impresiona por su parquedad metafórica.

Marcial Báez, pintor y poeta, deja ver sus dos vertientes creativas en este poema en continua ceración. El color está presente en varios de los versos y la preocupación cromática aparece en varias zonas del poema. Pero es su oficio de poeta lo que nos interesa. Con su verbo dolorido Marcial viaja por las reconditeces de lo sufrido real y nos pinta una realidad circunspecta en la que la vaguedad y la sombra están presentes como bemólicas verdades.

La circularidad en el poema se convierte en un río y el poema se transforma en una cascada que nos dirige hacia una muerte infantil. Y la muerte ocupa un lugar preponderante en la inquisitiva búsqueda espiritual del bardo en el poema. Tanto la resurrección – como la palabra clave – y el retorno – como la palabra primaria – están en el subconsciente del autor y nos remiten a la misma resurrección de Jesucristo o la reencarnación de los hindúes. La muerte implícitamente tiene solución en el texto estudiado. La circularidad del poema funciona como metáfora y signo.

Lo central en todo texto es la preocupación por el lenguaje y sus implicaciones simbólicas o pragmáticas en cuanto al sufrimiento humano. El aeda no puede concebir tanta miseria y no sabe si hacer un canto o una oración para resolver elegante y dignamente el problema bajo escrutinio. La respuesta se torna escurridiza. Al solución no esta al alcance. Esto ocurre porque en el autor todavía no vivía Cristo, en su inquietante esquema de dolor, la solución sería clara como el día. De esta carencia surge la duda, la sombra, la vaguedad, la incertidumbre en el poema.

A pesar de todo encontramos un salto cualitativo en el quehacer poético de Marcial Báez. “Como cascajos: Vidas “es un poema superior al libro de poemas anterior de Marcial titulado “La intención de mis deseos “. El progreso es evidente. El presente texto tiene mucho más garra y mucho más donaire que los poemas del primer libro. Esperamos en Dios en el nombre de Jesucristo que mediante su santo espíritu nos siga bendiciendo con buena literatura de la talla del presente libro y que el verbo poético siga mejorando en la voz de Marcial Báez, pintor y poeta. Amen.





Prólogo El Siglo XX Quedó Atrás
Por Altagracia Salazar


La consistencia en el periodismo de opinión es harto difícil en un país que, como el nuestro, anda perdido en las prisas del inmediatismo y en los avatares de la individualidad.

El día a día en la opinión, a través de un medio de comunicación, es una forma de escribir la historia desde perspectivas particulares. La opinión es siempre una respuesta ante los impulsos de la sociedad. Es también una percepción, la encuesta del momento.

Gracias a esa historicidad característica del periodismo de opinión la humanidad ha podido recomponer retazos de historia que no fueron contadas nunca de manera oficial.

Desde su San Cristóbal querido, Marcial Báez ha sido constante en un ejercicio periodístico poco común en la provincia dominicana.

La intelectualidad, relegada desde siempre a la necesidad espiritual y a las prisas de oportunistas, se ha visto concentrada en los muros de la capital, ya por un “modus vivendis” de los propios intelectuales, ya por convicción, ya por la prioridad de estar cerca del poder o de quienes lo representan.

Con honrosas presencias, ciudades como Moca, San Pedro de Macorís y claro Santiago, se han negado a plegarse al ejercicio intelectual de la gran urbe a que aspira Santo Domingo desde la época en que un ciclón permitió al Jefe, borrar el bohío de yagua de las calles céntricas de Santo Domingo.

San Cristóbal es parte de esa élite de provincia (en el sentido estricto y no despectivo ) en la que el espacio de desarrollo intelectual ha permitido a generaciones la expresión de sus convicciones y el forjamiento de su muy particular humanismo.

Los artículos que Marcial Báez junta en esta edición, sacan brillo a esta expresión cultural apegada a los conceptos básicos y al humanismo puro.

Periodista de profesión, habría preferido la simpleza del lengua lleno, pero Marcial es poeta, formado en el ejercicio de la palabra como instrumento de gracia y, esa búsqueda de ritmo interno y de sonido particular lo alejan.

Nuestro autor conduce su prosa por otro camino; hace de cada palabra un reflexión y reflexiona en cada trabajo.

Sus artículos son preocupaciones (quizás las preocupaciones de muchos ) de la vida cotidiana.

Las asperezas de una cotidianidad que choca, son la diferencia entre el ser y el debe ser.

El título no pudo ser más atrevido. Sin ser una novedad, darse cuenta del fin del siglo y descubrirlo en base a inferencias, a tropezones, es casi una aventura.

Le importa la literatura, le preocupa el ruido, recuerda los nombres taínos, se abstrae en la inspiración y resuma sus sueños.

Marcial deja un rastro de su personalidad en cada uno de esos artículos que, aunque no aparecieron en un medio único y ni siquiera fueron escritos como un todo, reflejan en mucho, un momento de la vida del autor y de su comunidad.







Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: GUAROA UBIÑAS RENVILLE


GUAROA UBIÑAS RENVILLE

Nació en San Cristóbal, en 1944. Es médico cirujano plástico y reconstructivo, especialidad que ejerce, siendo en la actualidad el coordinador de ese servicio en el Hospital Darío Contreras, en Santo Domingo.

En 1961 inició sus estudios de Arte escénico e ingresó en la Universidad Autónoma de Santo domingo, donde formó parte del “Movimiento Renovador”, llegando a la posición de Secretario General de la Federación de Estudiantes Dominicanos, por dos períodos consecutivos.

Sus trabajos literarios están sustentados por un amplio y profundo trajinar por toda la geografía nacional, en busca de las enseñanzas y revelaciones de la oralidad.

Ha publicado: Azuétano (poemas y cuentos, 1978), anécdotas Médicos Dominicanos (1988); Gazito Z-O y 8 cuentos más (1988); sobre Tamayo y los Caribes (opúsculo de historia, 1994); El Cruce de las 7 veredas (novela,1997); Leyendas del río Nigua(1998); Mitos, Creencias y Leyendas Dominicanas(2000); Mamá Tingó, Enrique Blanco, La Ciguapa (Colección de Leyendas Dominicanas 2000); El mensaje de los Sabios (historias y leyendas educativas, 2000); Historias y Leyendas Afro-dominicanas (2003); Un joven en la guerra de Abril (2003); La conspiración contra la Juventud (2007). El Niño y el Bicornio: La infancia del dictador Trujillo (2007).

En el campo de las Artes Plásticas, ha realizado exposiciones individuales en las que se destacan los temas humanos y locales.

Gazito Z-o y 8 cuentos más. (Fragmento).

El pobre de Melchor se quedo mirándola sin decir palabra y así como mudo se levanto de la mecedora lentamente y se paró en el porral desde donde se veía todo el poblado. Allí estaba la iglesia donde iba desde niño, más allá el cuartel de la milicia: en frente, el parquecito adornado de cayenas rojas y amarillas y entre las dos casas estrechas que se veían en el cruce de tres callejuelas de la parte más vieja del pueblecito, una puerta negra cerrada: trabajando allí en ese cuartucho por más de 40 años había logrado sobrevivir junto a su pequeña Teresa, después de enviudar, quedando la niña huerfanita.

No fueron uno ni dos zapatos y las botas que tuvo que arreglar para poder mantenerse vivo y levar a la niña a cursar estudios secundarios. Pero ahora nada de aquello venía a su mente, en el día en que la llevó a hacer su primera comunión, ni cuando se celebró el haber cumplido los 15 años, solo sentía un pesar muy grande.

Estando así, pensando hondo entró en la casa como movido por un resorte con paso rápido y volvió a mirar a su hija que permanecía inexplicablemente en la misma posición en que labia dejado un momento antes y le dijo:

-está bien, hija, mañana me iré. Acto se dirigió a su habitación y preparando sus maletas que se bien parecieron ser el “último dolor de cabeza” de Estanislao, no lo fue porque el viejo Melchor cargó con todo y no permitió que nadie lo ayudara en esos menesteres.

Fue así como este viejecito lleno de canas llegó al asilo y comenzó el vía crucis de estar con gentes que no conocía dejando todos sus recuerdos y sus personas amigas en un lugar, que ahora a los diez (10) años de estar aquí, le parece remoto, lejano.

El Cruce III. (Fragmento)

Esta actividad favorecía casi a todos los negocios del lugar y entre ellos al consultorio dental, ya que muchos de estos señores iban allí no sólo a reparase las piezas cariadas, cosa poco frecuente, porque casi siempre optaba sin mucho estudio por sacarlas, sino a vaciarse toda la boca de las piezas naturales, estuvieran en buen o mal estado, para ponerse en su lugar dos artificios protésicos, o cajas de dientes, de oro o de plata, según fuera el caso, o colocarse unos bordes de esos metales relucientes en los dientes más visibles, para adornarse. El doctor Turro era especialista en sacarle a los pacientes por confusión las muelas que no le dolían por las que verdaderamente lo estaban haciendo sufrir, y el doctor Gracias, en encaramase en el sillón como un malabarista y ponerle la rodilla en el pecho para extraerles con más comodidad las piezas posteriores con más comodidad las piezas posteriores, por lo cual se mantenía siempre con una larga bata blanca toda salpicada de sangre, con la cual se paseaba sin el menor recato por todo el vecindario.

Un joven en la Guerra de Abril. Testimonio.
Los hombres ranas. Cotidianidades. (Fragmento).

La vida en el colmado era espiritualmente muy satisfactoria: el compañerismo y los ejercicios borraban todo asomo de incertidumbre, así como los relajos del Chino diciéndonos que lo saludaban mucho cuando salíamos juntos porque el era un dirigente; además cuando os muchachos se ponían sus sombreros panza de burro grises con unas insignias plateadas que decían “tirador”, se escuchaba el rumor de entre las casas: “ Vengan a ver, esos son los tiradores” cuando realmente tanto los sombreros como las insignias, que habían sido encargadas por las fuerzas represivas, habían sido encontradas y tomadas de la aduana chamuscada; el chiste muy pesado de esconderse en las noches y pedir la contraseña diciéndole a los caminantes desde donde no nos vieran “¿Quién vivía?”; el burlarse del compañero combatiente que nadaba con la parte plástica de un casco de guerra y se cuidaba tanto de los francotiradores, en especial del de los molinos, que cuando llegaba a una esquina se paraba, cogía el casco por la esquina, dizque para que si le iban a tirar le dieran al asco y no a él. Todo aquellos nos entretenía en los escasos momentos en que no estábamos en la academia, haciendo servicio o averiguando una u otra cosa.

Ahora además comíamos organizadamente; el gobierno nos proveía de alimentos y familias que estaban allí nos acogían a esas horas en sus casa; yo comí especialmente en dos casas por esos lados, en la de un ingeniero que tenía un brazo menos o deforme, llamado Frank, muy simpático, y en la del “Comandante”, que era como todos llamábamos a un español casi anciano, que andaba siempre con su Mauser, que era el padre de varias compañeras entre las cuales la más conocida, aunque no la que me resultaba más agradable, se llamaba Margarita Cordero.

El Niño y el Bicornio. La Infancia de Trujillo.
El Fotingo. (Fragmento)

Los pueblerinos se pasaron la mañana entera esperando la llegada de un aparato que corría sobre cuatro ruedas sin ser arrastrado por animal alguno y luego de comprobar su existencia y de verlo cruzar el río con ayuda de un grupo de ellos, al saber que el que estaba subido adentro y lo conducía se llamaba Nicolás Acevedo, comenzaron a gritar Nicolás, Nicolás, Nicolás. Era el primer carro que veían en sus vidas.


Y la efusión de asombro y miedo que allí se manifestó solo sería reeditada más de 30 años después, cuando lo que llego al pueblo fue, la primera televisión.


En esa última ocasión después de colocar el primer aparato en el edificio del partido de la dictadura ya encaminada, no se sabía que hacer, como conectarlo, maniobrarlo, y se tuvo que requerir la presencia de “alambrito”, un simpático electricista que debía su apodo a la triple circunstancia, de que realmente su nombre y primer apellido era Alan y Brito, a su profesión y a su extrema delgadez, el cal logro encenderlo poniéndolo a producir una línea horizontales que corrían de arriba para abajo y viceversa sin tregua alguna, inundadas de rayitas blancas y negras, y con un ruido de fondo de zumbidos apagados que todos los allí presentes seguían con expectación, hasta que súbitamente apareció en la pantalla la imagen de un hombre cantando y los allí presentes se levantaron y corrieron asustados, dejando gorras, zapatos, sombreros y hasta un kepis militar, abandonados.


jueves, 26 de febrero de 2009

La Dignidad y el Arte en Vías de Extinción


Por Marcial Báez.

La definición profunda de la Dignidad y el Arte nos retrataría de cuerpo entero, pues ambas se desarrollan en el ser humano para recibir y procesar las alegrías y vicisitudes del medio circundante. La Dignidad, como base importante en la socialización constante hacia los más altos deberes de la sociedad, y el Arte tras la búsqueda real o imaginaria de la creación.

El respeto a sí mismo y el goce espiritual de un simbolismo estético, se pierden en todos los estamentos sociales, arropados por la ambición de poder.

Sin muchos rodeos y tomando como muestra el momento actual, en nuestro imberbe sistema “democrático”, lleno de lagunas institucionales y sumándole los complejos, los rencores... Es fácil determinar las causas y en algunos casos a los responsables de este imperdonable error intencional o por omisión, que nos arrastra cada día al abismo de la ignorancia y sobre todo a la compra y venta de conciencias.

Claro, la falta de conocimiento del idioma y del verdadero rol de lo que es la identidad en lo educativo, lo religioso, lo político, lo comunicativo y lo empresarial van creando falsos ídolos y situaciones donde se premia a “la chabacanería” guiados por los Medios de Comunicación, dirigidos en su mayoría por personas que desconocen al verdadero significado de la Dignidad y el Arte.

La intención no es recorrer los 48,422 kms2 de nuestra geografía, tratando de encontrar mártires, santos, magos, lámparas maravillosas, sabios... sino detenernos en San Cristóbal, donde hace ciento cincuenta años se firmó la primera constitución de la República Dominicana y abstraer esa idea pura para cuestionarnos hasta el cansancio, cuales son los deberes y derechos de gobernantes y gobernados y por ende, elegir a quienes serán los interesados en mantener intrínsecos y como una llama votiva a la Dignidad y el Arte.

El camino a seguir mediante el esfuerzo colectivo deberá ser insistente, el resultado imprevisible; ya que la evolución de esta ciudad en todos los órdenes, es la acumulación de la insensatez, del olvido y de todas las acepciones negativas sobre la explicación de este grave caso.

Los responsables están ahí, diariamente los vemos, los leemos, los escuchamos y estos, descaradamente, nos estrujan el rostro: lo mezquino, lo grosero, lo falso, lo sucio, lo irrazonable, lo insignificante, pisoteando lo poco que nos queda de la Dignidad y del Arte.

La total negación de ambos permite a los individuos realizar un papel errado en la sociedad, ya que el poder y la ambición de escalar posiciones a como de lugar, crea un status de “patanes y ridículos” en sus vidas, sustituyendo a las buenas costumbres por la ostentación.

Indiscutiblemente, la cuota principal de culpabilidad, la poseen esa elite que todos conocemos, de “Lideres políticos”...“que se proclamaron elegidos por obra y gracia del Espíritu Santo”. Colocándose el disfraz del “yo soy el que soy” pretenden sumergirnos en el atraso moral e intelectual, amordazándonos el derecho de ser algo más que simples gobernados, para poner en los cargos públicos a la ineptitud, haciéndole culto al egocentrismo. Una encuesta al respecto en esta comunidad nos daría la razón. ¿Qué les parece?

El tiempo apremia y nos da la pauta, las cartas están echadas, no hay necesidad de colirios, ni sorpresas; sólo la reflexión arrancará de raíz toda la inmunda basura amontonada sobre la Dignidad y el Arte.

REVISTA DESAFIO. San Cristóbal, R. D. Del sábado 5 al viernes 12 de agosto de 1994. Pág.5.

La Bella Catalina


Por Marcial Báez

“Nadie sabrá cuantas novelas, cuantos poemas, análisis, confesiones, dolores y gozos se ha acumulado sobre este continente del amor sin que nunca haya sido totalmente explorado”. Henrich Boll

Tanto tiempo ha, surgió un sentimiento despierto, tan transparente que ha recorrido generaciones y participó en la Historia real e imaginaria, en una arrolladora carrera de altos y bajos como las olas que el viento arrastra a las playas en vaivén de movimientos.

Se detiene en la cotidianidad creando mil formas de exclamaciones: que ciega, que ríe, que excita, que estremece, que danza, que sufre, que clama, que duele y amargo a veces nos amaga.

Sigilosamente se filtra en los corazones, y va de lo simple a lo complejo, hasta transformarse en la Musa que se enreda a la prosa para crear obras literarias que se convierten en clásicas y recorren el mundo entero: ROMEO Y JULIETA, ( Shakespeare ), LA CELESTINA (Frenando Rojas), MARIANELA ( Pérez Galdos), MARIA ( Jorge Isaac), DAFNIS Y CLOE ( Longo ), etc.

En nuestro país ha hecho de las suyas, utilizando la creatividad de quien siendo muy joven se dedicó al periodismo, fundando en 1874 un semanario político, literario, económico y social “ El Centinela”; me refiero a APOLINAR TEJERA (1855-1922), historiador, abogado, licenciado en Farmacia, poeta, sacerdote y literato. Su estilo pulcro, elegante y metódico dejó plasmado en LA BELLA CATALINA ( leyenda india), un aspecto sensible de la vida de nuestros aborígenes, estallando el simbolismo de esa raza indómita, bravía y verdaderamente humana, en los tiempos de la colonia.

Narra los amores del cacique GUACANAGARIX, señor de Marién con la india ANAIBELCA ( cuyo nombre en castellano era CATALINA) y el rechazo de ésta a su libertador, el conquistador español ALONSO DE OJEDA; ambientada por la descripción de la belleza natural del paisaje isleño, rica en imágenes y colores, plena de momentos específicos de nuestra historia colonial.

El argumento se inicia con la llegada de Cristóbal Colon a la isla en el año 1493, realizando su segundo viaje; acompañado de Alonso de Ojeda, quien en un enfrentamiento con los indios caribes, libera a una esclava (Anaibelca) de singular belleza de la cual queda prendado y le confiesa su amor. La india rechaza la petición porque sus sentimientos hacia el, obedecían a una profunda gratitud.

Guacanagarix se presenta a la nave de Ojeda para informarle que no tiene conocimiento del destino de Aranda y sus compañeros, al ser destruida la Fortaleza de “Navidad” por Canoabo; conoce a la india Anaibelca y le requiere de amores, prometiéndole que sería la preferida entre sus demás mujeres; ella lo acepta y después se fuga, lanzándose al mar y cortando las ondas con gracia y ligereza hasta llegar a la costa donde la espera el cacique. Y vivieron felices...

La narración tiene momentos de sublimidad, cuando la prosa del escritor, se eleva sobre sus consideraciones acerca de eso que nos despierta y oprime el corazón: EL AMOR.

“Todo hombre nacido para amar, como todo árbol da frutos, como toda semilla un germen. Maldecir el amor porque trae consigo sinsabores, es como negar del sol porque marchita las plantas, o de la lluvia porque alimenta los torrentes, o de la luz porque produce sombras, no pensando lo que sería del universo, sin sol, lluvias ni luz. Es necesario e indispensable amar algo, aunque sea un ser indigno de nuestro cariño. Es necesario e indispensable cumplir esa ley grabada con indelebles caracteres en la conciencia esa pasión en virtud de la cual se engendran y perpetúan los seres y de la que es susceptible lo mismo el insecto que zumba entre las hojas, y el águila caudal que se cierne en el éter, y el pez que vive en las aguas, como el hombre, rey de todo lo creado”.

Todavía dudamos si el disfraz del amor es real o imaginario, ya que persiste en burlarse de su rebaño eterno y lo cierto es que ha hecho realidad el recuerdo de Apolinar Tejera, un estudioso de nuestra historia; preciso tomarlo en cuenta, hoy y siempre, por los amantes de la dominicanidad.

El SOl. Santo Domingo, R. D. 8 de octubre de 1991. Pág. 6.

martes, 24 de febrero de 2009

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: ODALIS G. PEREZ


ODALYS G. PEREZ

Es un reconocido investigador y educador en el área de las Humanidades, nacido en San Cristóbal el 11 de agosto del año 1952. Como promotor y animador cultural, Pérez se ha ocupado de conformar equipos de estudio, investigación y difusión de la Literatura, filosofía, Lingüística e Historia en la Republica dominicana y los Estados Unidos.

Sus publicaciones en el ámbito de las ideas constituyen un valioso aporte al desarrollo cultural de os últimos veinte años: Las ideas literarias en La republica Dominicana(1993), semiótica de la Prensa(1999); La ideología Rota (2002); Nacionalismo y Cultura en republica Dominicana (2003). Republica Dominicana: El mito de las palabras (2004); Principios de Estética y Educación Artística (2005); Literatura Dominicana y memoria Cultural (2005), el espacio de los signos (2005). Sócrates Barinas Coiscou: El tiempo de la poesía y la memoria (2007).Como poeta ha publicado: Habitácula (1987); La pirámide en el hombro de Dios (1988) y Papeles del Eterno (1999).

Pérez quien es doctor en Filología y semiótica por la Universidad de Bucarest, Rumania, ha contribuido con publicaciones especializadas sobre semiótica de la cultura y del arte, particularmente oralidad poética y narrativa, oralidades culturales, cultura alternativa del caribe; arte , literatura y Pensamiento.

Su producción intelectual incluye mas de un centenar de ensayos en prestigiosos diarios y revistas del país, sobre diversos aspectos de historia intelectual y cultural de la republica Dominicana, el Caribe y Latinoamérica. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, así como de su filial dominicana.

Pérez propicia también espacios experimentales en el marco de proyectos de arte y rescate de la dominicana, donde niños, jóvenes y adultos interactúan en condiciones de creación y producción cultural, para la realización de perfomances, acciones y artísticas, ecuación artística interactiva, y otras.

Odalís G. Pérez es profesor de Filosofía, Educación artística y Letras dominicanas en el colegio Calazans, y catedrático de la facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ha trabajado como profesor en programas de Maestría en la UASD y en el INTEC, en os departamentos de Comunicación, Letras y Filosofia.
Recientemente fue galardonado con El máximo galardón de los Premios Arte y Cultura Fradique Lizardo de San Cristóbal, sumándose a os nombres de Mariano Lebrón Saviñón, Diógenes Valdez y otros.

República Dominicana el mito político de la palabra.
(Ensayo/Fragmento).

Una intelectualidad que promueva solamente el concepto de una persona que se autoproyecta como el eco de la autoridad reconocida y nos e justifique el recorrido de la conciencia crítica y civil, tampoco escatima esfuerzos en traicionar los principios que cree defender a favor de su comunidad cultural. Las metas de un trabajo monodirecconal y equivocadamente crítico, forjado bajo el apoyo de la cultura dominante y los requisitos del poder institucional, empresarial y político, muestran los resultados de vertientes escamoteadas y falsificadas por todos los registros del discurso de la dominación serial que, aunque precario desde el punto de vista de la coherencia ideológica y cultural, agrieta y traspasa cualquier intento de reacción, respuesta y decisión contestataria del Stablishment.

Pero es aquí donde se construye la confusión. Como la dualidad es la mascara de la razón irresponsable de cierto pensamiento dominicano moderno, la misma se sitúa lejos de la cultura-movimiento y de la insurgencia histórico-cultural de la visión oprimida o subalterna.

Sócrates Barinas Coiscou: El tiempo de la poesía y la memoria. (Ensayo):
Poesía y Memoria: El tiempo de la palabra vivida (Fragmento).

Un elemento importante para caracterizar y comprender la poesía de Sócrates Barinas Coiscou es su anclaje memorial. A través de la visión de al diferencia, el poeta pronuncia su mundo interno y sus propósitos de vida y esperanza. Al memoria es siempre memoria de la poesía y vida del espíritu: Barinas Coiscou, nacido en San Cristóbal el 20 de octubre de 1916, hijo del profesor Pablo Barinas y María Francisca Coiscou, entendió desde muy joven que escribir poemas era es, y sigue siendo un acto simbólico y real liberación. El poeta entra entonces en al tradición, para afirmar signos y valores, emblemas y letras que instituyen la Opera magna, el Corpus poetarum donde encontramos la vida de la poesía en su existencialidad y fragmentación.

Según Barinas Coiscou, el acto mismo de aceptar la poesía nos incluye y compete a todos; el poema se vuelve autónomo allí done la poesía grita y reclama su libertad: es lo que el ser motiva desde su intelección y proyección: La retíñete de un pensamiento de cultura, tropieza con el orden trágico del universo y con el signo temático del ser.

Las voces del poeta son las voces del poema, y todo cuanto acontece en la vida, acontece también en la muerte. La memoria se apoya en una poética temporal que, en el caso de Barinas Coiscou, enciende la palabra como investición y reversión: es desde esta movilidad del logos donde surge la palingenesia, el deus absconditus del poema que desacraliza, en su proceso, lo invisible para hacerlo visible en la mirada y la constitución mística de la palabra poética.

Petición de sueño (Fragmento).

La anciana evocadora
El ángel se transforma en estrella
punto blanco
y dice
te asiste
pide
y te seré cuerpo.

La anciana servidora
Nada se mueve fuera de mí
sólo
Ida
Fuerza de ala
da centro
por el agua un sonido y los poderes
magos
palabras y conjuros
Sobre cada parte tuya
florecerá un nombre justiciero

Sin estrella ni paz
Io
dosal
alambre que aprieta la espalda
dioses para sobrevivir.

domingo, 22 de febrero de 2009

La Inspiración del Poeta



Por Marcial Báez

La observación detenida de unos ademanes contribuyeron a reafirmar la gran pasión que siento por la poesía, explayada como una imaginación textual, sumatoria de colores; relegada drásticamente a una élite generacional de “dimes y diretes” por este lado del mundo.

Hacer presentes aquellos momentos primeros, donde la obsesión dejo participar a la naturaleza existencial, descubriendo que la misma era tan mía como de cualquier otro; lo esencial fue la inspiración del poeta impactante al descubrimiento de la abstracción que envuelve nuestra razón de absorber, la cristalinidad de sentimientos.

Cada enseñanza venía acompañada del rito gestual de unas manos que al instante se levantaban decididas, mostrando vigorosas la fuerza de su verbo. Un equilibrado compás reflejaba la sonoridad del movimiento labial. La mirada tranquila se perdía en la unidad vertical-horizontal, por encima de su cabeza, a la altura de sus caderas, entrelazadas en un mensaje ilustrado.
A partir de ellas, retuve la intuición del espacio literal hacia las profundidades del canto largo, expresado ágilmente por los gestos de un hombre verdaderamente humano, cien por ciento dominicano: Don pedro Mir.
Conocí al maestro en su cátedra de Estética en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Poeta, novelista, ensayista, ganador del Premio Nacional de Literatura (Historia-1975, Poesía-1976), autor de :Hay un país en el mundo, Contracanto a Walt Whitman, Huracán Neruda, El gran Incendio, Apertura a la Estética, La gran Hazaña de Limber y después Otoño, etc. Me transmitió la verdadera esencia, en toda su desnudez, de la poética pura; símbolo de su eterno y natural andar por estos predios de Dios, reflejada en mis adentros, multiplicada día a día, contemplándolo en la totalidad de esta media isla, por todos sus costados.

Y vuelve otra ves el vate oriundo de San Pedro de Macorís (1913) nuestro Poeta Nacional, a delimitar su figura estable; de sus labios las palabras brotan emocionantes, recreo mis sentidos mirando detenidamente sus modales, tranquilos, serenos e impresionantes; oyéndole hablar me viene a la mente aquel país en el mundo, colocado donde se encamina el sol cuando nace de la noche.

Sus palabras son un asombro de cascadas y su color es tierra bajo los ríos, y bajo los árboles, y más allá del monte, y donde se pierde el horizonte.
Su hablar me lleva a tierras antiguas, estropeadas por el tiempo y sus distancias, y viene a mis labios el sabor de azúcar y de alcohol de aquel país colocado en un inverosímil archipiélago donde todo es despoblado, donde aquel que está sin tierra es olvidado, y cada vez que veo su rostro todo en él se va transformando poco a poco es millones total de vidas, es su pueblo en todos sus cantos, y llegará a su interior algún día la constructiva paz en cada rama y por ultimo acompañarán a su alma un enjambre de besos y añoranzas.

Este recuerdo se mantiene vivo en una dedicatoria que aparece en mi libro de texto: “Para Marcial Báez un futuro rival en las artes poéticas”. Pedro Mir, UASD, Septiembre 1977.

* El SOL. Santo Domingo, R.D. Jueves 7 de noviembre de 1991. Págs. 6 y 7.
* El PERIODICO. San Cristóbal, R. D. Noviembre, 1994. Pág. 11.






Incongruencias Literarias en la Fiesta del Chivo



Por Marcial Báez

Estas consideraciones fueron escritas cuando fue puesta a circular la obra literaria la “Fiesta del Chivo” en nuestro país con la presencia de su autor Mario Vargas Llosa, en el año 2000.

A los amantes de la literatura, quienes crecieron espiritualmente con la idea de que la misma era una sustentación del desarrollo central de los pueblos, el acercamiento y la hermandad de los mismos, y que los artífices de la palabra escrita eran los guardianes de la utilización correcta del lenguaje, estaremos siempre preocupados por las situaciones creadas. Especialmente en este caso particular, tendremos en cuenta de que nuestra trayectoria literaria es la sumatoria de intereses que se reflejan en los deseos de superación del oficio de noveles escritores que, mediante la madurez y profesionalización de sus obras, aportan a la literatura nacional una expresión digna y a la vez a la altura de países hermanos y por qué no, de todo el mundo.

Entonces, es necesaria la crítica constructiva que dará lugar a múltiples debates y a aplaudir, al margen de los escritos sobre el tema, la justa valoración de las interesantes obras literarias que han aportado algunos de nuestros escritores, que constituyen una muestra representativa de la Literatura Dominicana allende los mares.

El más reciente acontecimiento literario ocurrido en nuestro país es la puesta en circulación del libro “ LA FIESTA DEL CHIVO del laureado escritor Mario Vargas Llosa y del cual he leído muchas de sus obras, siendo un admirador de su particular estilo y destreza.

Esto, nos ha permitido dilucidar varios descuidos estructurales y de lógica en su creación literaria, así como el uso desmesurado de diminutivos en tan controversial volumen, lo que constituye un vicio que debería ser evitado.

Y como lo aseveran los manuales escritos sobre su empleo y definición, “ este vocablo gramatical que amengua o da un tono de afección a la significación del positivo del que procede, es muy utilizado en el lenguaje familiar o infantil, no así en el técnico o científico”.

A partir de este conocimiento mi primera experiencia en detectar el uso de diminutivos fue en la lectura de escritores noveles en el oficio y que incurrieron en la utilización de los mismos; pero tratándose de Mario Vargas Llosa, quien ha sido laureado varias veces por obras como: LA CASA VERDE, LA CIUDAD Y LOS PERROS, CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL y muchas más, lo que lo consagran como un escritor entregado por completo a su oficio. La utilización en demasía de los mismos por el autor merece una explicación.

Su reciente ejemplar, “LA FIESTA DEL CHIVO”, está lleno de diminutivos desde el principio hasta el fin. Esto nos permite señalar algunas incorrecciones, las cuales no han sido mencionadas en los múltiples comentarios a esta publicitada y sobredimensionada obra, que trata sobre la Era de Trujillo y por qué no, cuestionar la calidad de la misma a partir de la verdadera intención del autor, al publicitarla subestimando la profesionalidad y anteponiendo las ganancias económicas que esta generaría, pasando por alto una corrección acertada, dando la impresión de que fue escrita por otro.

Para un mejor entendimiento de este trabajo, clasificamos las incorrecciones de la siguiente manera: A) Diminutivos, B)Redundancia viciosa, C) Diminutivos de nombres propios, D) Palabras cuyo significado es también disminución de las cosas u objeto de referencia, E) Párrafos que se repiten, F) Expresiones ilógicas.

A) DIMINUTIVOS. Vargas Llosa utilizó 260, que repetidos en toda la obra suman un total de 514:
Ahorritos, Página 285-Línea 5; angelito, P110-L24; antojitos, P330-L6; añitos (5veces), P135-L16, P146-L127, P379-L6, P44-L1; apretadito, P526-L4; arrugaditas, P234-L30; asuntito, P474-L2; bajitos (2v)P75-L20, P390-L4, P400-L18; baldecito, P335-L26; balconcito (2v), P28-L6, P277-26; banderitas, P320-L18; barriguita (2v), P85-L16; , P447-L17; barrita, P358-L; beatito, P110-L24; besito, P75-L25; bigotillo, P42-L20; bigotito, (10v) P58-L29, P126-L25, P136-L24, P302-L3, P303-L27, P333-L6, P459-L1, P135-L14; bolsita, P409-L27; bonita (2v), P72-L24; brinquito (2v), P205-L21, P217-L21; bonito, P36-L15; bonitos, P357-L24, boquita (5v), P25-L32, P79-L4, P257-L9, P379-L8; bracito, P712-L24; brinquito, (2v) P137-L11, P250-L1; brutito (3v), P143-L31, P149-L31, P149-L9, P153-L12; cabecita (3v), P16-L31, P365-L7, P399-L14; caldito, P38-L14; calditos, (2v), P83-L22, P384-L5; calorcito, P390-L33; calvito, P66-L11; calzoncito(2v), P525-L10, P525-L12; caimito, P27-L33; camisita, P286-L19; canita, P148-L1; carita (7v), P145-L18, P179-L28, P233-L6, P301-L21, P316-L25, P484-L13, P497-L29; carreritas, P372-L19; cartita, P256-L28; cartitas, P145-L6; casita, (14v), P22-L17, P27-L19, P372-L29, P69-L3, P70-L10, P150-L27, P155-L10, P285-L4, P293-L12, P302-L12, P74-L26, P399-L9, P404-L25, P444-L1; casitas, P277-L12; callecita, P205-L27; callecitas, P277-L11; ; clarito, P261-L14; colita, P399-L2; coñito, (4v), P250-L15, P256-L2, P526-L21, PP526-L27; coñitos, PP526-L21; copita, P520-L15; copitas (2v), P279-LL1, P418-L31, cortinilla, P360-L18; cadenillas (3v)P45-L16, P258-L29, P533-L1; cuadrito, P281-L25; cuadritos, P265-L25; cuartito (7v), PP149-L15, P356-L1, P359-L9, P205-L6, P405-L2, P450-L3, P507-L11; cuartitos, P27-L6; cubitos, (3v), P62-L9, P356-L31, P516-L11; corazoncitos (2v), P17-L1, P139-L14; collarcito, P519-L6; cuerpecillo, (2v), PP72-L27, P379-L14; cuerpecito (2v), P505-L5, P536-L14; cuerpito, P397-L20; cuidadito, P628-L6; cucharadita, P83-L19; cuñadito, P142-L29: culebrita, P270-L12; curitas, P8-L19; chiquilina, P513-L18; chiquilla, P351-L30; chiquillo, P(6v), P75-L18, P141-L1, P387-L9, P513-L18, P519-L10, P536-L25; chiquillos, P282-L25; chiquita (2v, P201-L24; delgadita, P370-L28; derechito, P67-L26; despacito (2v), P158-L22, P360-L29; doctorcito, P304-L14; doncellita, P522-L13; doncellitas, P528-L5; empleíto, P211-L3; enanita, P381-L31; equipito, P164-l18; escalerilla (2v), P454-L12, P474-L22; españolita (ev), P137-L32, P454-L16, P474-L14; esqueletito (2v), P319-L16, P380-L33; espejitos, P42-L12; estatuillas, P522-l1; fachita, P296-L22; feíto (2v), P143-L312, P149-L9; figurita (4v), P234-L12, P286-L28, P314-L14, P396-L28; figurilla (2v), P232-L20, P431-L14; finito, P352-L31; finquita (5v), P177-L20, P241-L30, P370-L22, P370-28, P171-L22; flaquita, P34-L1; florecillas, P26-L14; frasquito, P278-L2; fresquita, P222-L13; fresquito, P278-L14; garita, P60-L16; generalito, P396-L15; golpecillos, P177-L12; gordita, P202-L4; gotitas (2v), p196-L18, P532-L28;

B) REDUNDANCIA VICIOSA. Ejemplo: “Las diminutas manitas” (página 83, línea4); “mínima figurilla”( P232, L20); “ La figurita pequeña “ ( P286-L28); “ El minúsculo hombrecillo” ( P300, L14 ); “ diminuto doctorcito “ ( P304, L14); “ pequeña bolsita “ ( P409, L27) y “ su manita minúscula” ( P478, L8).

C) DIMINUTIVOS DE NOMBRES PROPIOS. Utilizó 31, que repetidos en toda la obra suman un total de 416: Amadito (106)... Uranita (47).

D) PALABRAS CUYO SIGNIFICADO ES TAMBIEN DISMINUCIÓN DE LA COSA U OBJETO DE DEFERENCIA. Utilizó 32, que repetidos en toda la obra suman un total de 94: Diminuto, P265-L131... reducida (2v), P88-L19, P306-L30.

E) PARRAFOS QUE SE REPITEN:
-“Ah, Monseñor, mire quien está aquí, el secretario de las Fuerzas Armadas, general José René Román Fernández hizo las presentaciones viene a reiterarle el pesar de la autoridad militar por el lamentable malentendido. Página 433, desde la líneas 9”.

-“Ah, monseñor, mire quien está aquí”. Efusivo, agradeció al ministro de las Fuerzas Armadas que viniera a presentar excusas, en nombre de la institución militar, al señor obispo de San Juan de la Maguana por el malentendido de que había sido victima. Página 470, desde la Línea 19.

Estos mismos conceptos, casi con las mismas palabras se repiten en ( Página 232, desde la línea 20; P303, desde la L1) y ( P429, desde L29 y P467 desde L13 ).

F) EXPRESIONES ILÓGICAS:
“ Está esperando que asome el mar por la ventana de su cuarto, en el noveno piso del hotel Jaragua, y por fin lo ve”. Página 15, desde la Linea19.

El mar siempre permanece en su lugar, nunca se asomará a nada ni a ningún lugar como si se tratara de un objeto.

“A cuatro patas”. Página 414, Línea 18. Expresión correcta: En cuatro patas.
“Los cristales de la araña encendida”. Página 97, Línea 21. Cuando debería decirse: “ Las luces encendidas de la araña de cristal”.

“Mojándose los labios con una puntita de la lengua”. Página 128, Línea 27. Expresión correcta: mojándose los labios con la puntita de la lengua.

Las letras dominicanas avanzan hacia el espacio que se merecen, sustentado en la calidad temática y estructural de los libros de nuestros creadores, así como en los excelentes diseños de sus ediciones. Existen obras de autores dominicanos sobre la Era de Trujillo, realizadas con mucha dignidad, como son: BIOGRAFIA DE SOMBRA CASTAÑEDA y UÑA Y CARNE Marcio Veloz Maggiolo, LA BALADA DE ALFONSINA BAIRAN, de Andrés L. Mateo, EL PERSONERO de Efraín Castillo, JURO QUE SABRE VENGARME de Holguín Veras, BIENVENIDA Y LA NOCHE de Manuel Rueda, EN EL TIEMPO DE LAS MARIOPOSAS de Julia Alvarez y TARTUFO Y LAS ORQUÍDEAS de Diógenes Valdez, esta última alcanza imágenes que pueden ser llevadas al cine, pues posee un cúmulo de sensaciones en las que se refleja el lector o espectador, tras la búsqueda de su identidad. Esta fue comentada y recomendada por una de las glorias nacionales, Manuel Rueda, considerándola “una obra de excepcional interés para el reconocimiento de nuestra historia más reciente y de nuestra peculiar idiosincrasia”.

Agradecemos a Vargas Llosa, que el nombre de la ciudad de San Cristóbal sea citado varias veces, aunque entendemos que debió investigar más sobre la misma, ya que su importancia en la obra exigía una descripción más acabada, mencionando las industrias que existían como la textil, del azúcar, del vidrio y de armas, en esta última se fabricaban las carabinas Cristóbal 7mm y no metralletas, como cita el autor en la página 335, línea 20; también debió decir que es la ciudad benemérita por haberse firmado aquí la primera Constitución de la República y que posee las primicias de que se construyó la primera represa de agua de manera artificial ( el balneario La Toma) y se procesó la caña de azúcar, en el ingenio Diego Caballero.

La tan esperada obra literaria LA FIESTA DEL CHIVO, puesta a circular con todo el boato y sensacionalismo que merece su afamado autor, nos desilusiona al término de su lectura; por tanto recomendamos las obras dominicanas antes mencionadas y llamamos a la reflexión a editores, críticos e intelectuales que organizaron y respaldaron tan lucido evento para que con el mismo entusiasmo traten de impulsarlas a nivel internacional, contribuyendo a la creación de un boon de la novela dominicana, lo que despertaría un mayor interés por la literatura dominicana contemporánea y por consiguiente, el desarrollo de noveles escritores en toda la geografía nacional, para no perder las esperanzas y no tener que repetir de generación en generación las palabras del laureado poeta José Mármol: “Y claro que hay muchos de ellos en disposición de brindar orientaciones a las jóvenes promociones literarias. Yo creo en la sabiduría que prohija saber escuchar a los mayores. Pero ellos están, salvo raras excepciones muy preocupados en cosechar vivos su propia fama, como para dedicar parte de sus días a los jóvenes. De ahí que esté convencido de que tendremos que arar con nuestros propios bueyes y que de nuestros propios brazos depende atravesar el río revuelto”.